Jardines de Ca n'Altimira

Maó, 9

Los jardines de Ca n'Altimira tienen un aire romántico y silencioso. La vegetación crea una atmósfera densa, marcada por los juegos de luz y de sombra.

Todo el jardín es representativo del momento en el que fue creado. La personalidad de este jardín romántico la aportan los elementos arquitectónicos. Ca n’Altimira está situado en un nivel más elevado en relación con el resto del terreno, un accidente que permitió establecer dos zonas diferenciadas.

Los dos niveles se comunican con un par de puentes, uno de los cuales se encuentra suspendido en el aire. El punto de unión es una sala hipóstila situada al fondo de la plaza de sablón, en la parte más baja del parque. A esta plaza se accede mediante dos tramos anchos de escaleras con una pendiente muy suave, con peldaños de sablón acabados en piedra.

Historia

Este jardín fue construido a mediados del siglo pasado por el doctor Josep Altimira dentro de su finca de Sant Gervasi. Personaje adinerado y un poco extravagante al que un revés de la fortuna dejó a las puertas de la miseria, hizo donación de sus propiedades a la orden de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, que lo cuidaron hasta su muerte, puesto que no tenía herederos.

Las monjas instalaron un colegio en la finca, el de la Inmaculada Concepción, edificio que ocupa una buena parte de los antiguos jardines, que, anteriormente, ya habían sido afectados por la apertura de las calles de Horaci y de Mandri.

El pequeño recinto verde que hoy conocemos es, pues, solo una parte de lo que posiblemente fueron unos jardines muy singulares, con grutas subterráneas artificiales que comunicaban la sala hipóstila con la casa del propietario.

Según explica Francesc Curet en sus Visions barcelonines, el doctor Altimira puso sardinas en los estanques que había en los jardines y, para mantenerlas vivas, cada día hacía traer agua de mar. Celebraba fiestas muy lucidas y, a veces, inundaba la parte baja de los jardines y la sala para que los invitados pudieran navegar con pequeñas barcas.

Biodiversidad

La creación de estos jardines a finales del siglo XIX hace que en su interior haya árboles centenarios, por ejemplo, los pinos carrascos (Pinus halepensis) y los pinos australianos (Casuarina cunninghamiana) que hay junto a la entrada principal del parque, en la calle de Mandri.

Otros árboles presentes en este espacio verde —también con algún ejemplar centenario— son el almez (Celtis australis), el pino piñonero (Pinus pinea), el cedro del Atlas (Cedrus atlantica), el olmo de Siberia (Ulmus pumila) y la falsa acacia (Robinia pseudoacacia). De plantación más reciente, encontramos la Sophora secundiflora, el ciruelo rojo (Prunus cerasifera ‘Atropurpurea’) y el braquiquito (Brachychiton populneus).

Cabe reseñar una especie más: la bignonia amarilla (Dolichandra unguis-cati), una trepadora caducifolia muy ornamental que cuelga de un extremo al otro de la parte más alta de la fachada de la sala hipóstila. Muy florífera, cuando pierde la hoja las ramas quedan adornadas por las semillas, muy largas (entre 25 y 30 cm) y que van cambiando de color desde el verde hasta, una vez secas, el marrón oscuro.

Arte y arquitectura

Junto con los dos puentes, el de piedra y el péndulo de acero con pavimento de madera que imita al que John Roebling hizo en las cataratas del Niágara, el elemento arquitectónico más destacado de Ca n’Altimira es la gran sala hipóstila con bóvedas que parten de 36 columnas de estilo románico, muy altas y construidas con piedra arenosa. A un lado de la plaza, pegada al muro que queda de la antigua mansión de la finca, hay una hornacina donde se ha instalado una fuente.

  • Teléfono
    Tel.: 010
  • Titularidad
    Centro público
Dirección:
Maó, 9
Districte:
Sarrià-Sant Gervasi
Barrio:
Sant Gervasi - la Bonanova
Ciudad:
Barcelona

Horarios

Observaciones
Hora de tancament
aproximada, en funció de
l'horari solar (tanquen
quan es fa fosc, al capvespre)