Fabra i Coats

Tres madres artistas han podido desarrollar sus proyectos artísticos acompañadas por sus hijos.

Un cochecito estacionado en un pasillo de la planta 3 de la Fabra i Coats: Fábrica de Creación ya nos da a entender que en esa zona ocurre algo diferente del resto del edificio. Y cuando giramos la mirada a la sala de ensayo que hay justo en frente se nos confirman las sospechas: encontramos un pequeño parque infantil con una niña y una cuidadora, y unos metros más allá una mujer concentrada frente al ordenador. Es una imagen que se ha repetido durante los últimos dos meses en la Fabra. El motivo tiene un nombre: Mater Art. Se trata de un programa de residencia para artistas, curadoras o investigadoras del arte, de cualquier disciplina, que maternan. Lo organizan dos proyectos residentes, la cooperativa Base ò y Duae Collective, con el apoyo y la colaboración de la Fabra i Coats: Fábrica de Creación y del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB). El objetivo es apoyar en el desarrollo de las profesionales, para ayudar a evitar el estancamiento de sus carreras durante el rol de cuidadoras, especialmente en la primera etapa, el momento de mayor codependencia.

Las artistas residentes han podido trabajar en la Fabra en el horario de apertura de la Fábrica de Creación. El horario de cuidadoras de los niños era de 10 a 14 h. Las tres familias que se han podido acoger han sido la de Núria Nia —investigación y videoarte— y su pareja Arnau Rovira Vidal -—fotógrafo—, la artista plástica Charlotte Nordgren Sewell, y la doctora en Química y escritora Jésica Paola Rada. “He sacado mucho provecho de estas ocho semanas. Me he podido organizar todo el material que tenía, revisar todos los documentos… ¡Ojalá la residencia durara más tiempo!”, nos comenta Jésica Paola Rada, que se ha adentrado en la escritura de su primera novela la, titulada de forma provisional Grávida. “Saldrán temas como la maternidad, la violencia, el esclavismo o la sororidad. La idea principal del libro aborda que los países latinoamericanos siguen naufragados en el pasado esclavista, en la pobreza, la violencia perpetua y en el abuso del poder y de las clases sociales”.

Su hija, Emily, tiene dos años y, según explica su madre, el mes de adaptación a la guardería no acabó de funcionar. “La niña estaba triste, y yo tampoco me sentía bien. Mi pareja trabaja en casa, y con una criatura pequeña es complicado, así que estuvimos mirando alternativas, y cuando supe, a través de Charlotte, que existía esta convocatoria, me presenté. La verdad es que no tenía demasiadas esperanzas de salir elegida. ¡Y suerte que me presenté porque la valoración que hago es del todo positiva!”.

Núria Nia está investigando en la actualidad el impacto del cuerpo digital en el propio cuerpo físico, y lo hace a través de proyectos artísticos diversos y también de un doctorado en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona. La residencia de Mater Art le ha servido para reincorporarse a la investigación doctoral y poder llevar a cabo las tareas de escritura e investigación con mayor facilidad. En cuanto a Charlotte Nordgren Sewell, ha trabajado en su proyecto sobre BEARmOTHER (la otra osa, la madre osa y la otra madre), elaborando dos grandes esculturas blandas de osos y un vídeo.

Un espacio seguro de cuidados

Las artistas seleccionadas han trabajado individualmente en sus proyectos durante este tiempo y al mismo tiempo han podido tener con ellas a sus criaturas, en un espacio seguro de cuidados. La integración del espacio de cuidados infantiles en la zona de trabajo está diseñado por Roberta Genova, del proyecto “Prohibit No Tocar”, especializada en pedagogía, arte y diseño de espacios museísticos para la infancia.

Una de las cosas que Jésica Paola Rada también valora de la estancia es haber podido estar en contacto con las demás madres —y su hija con los otros niños—, así como con otros artistas residentes de la Fabra i Coats. “Es muy interesante la interacción artística que aquí se produce, porque esto puede dar sus frutos en forma de nuevos proyectos. En mi caso, estamos hablando con Charlotte Nordgren de hacer algo conjuntamente”.

Y después de estas ocho semanas, ¿qué? “La verdad es que tengo una sensación de vacío, de volver a la rutina, y posiblemente sin espacio y tiempo para sentirme profesional. Hemos comentado con las otras madres artistas de buscar un lugar entre todas y combinarnos la atención a los niños, a ver si lo conseguimos”. Sea así o no, esta escritora de Barranquilla, Colombia, que vive en Barcelona desde hace poco más de un año, tiene claro que quiere llegar a publicar su primera novela. Si puede ser, el verano del próximo año.

Para conocer más el proyecto Mater Art, haced clic aquí.