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Antoni Fabrés

La obra de Antoni Fabrés en el MNAC

Es uno de los mejores artistas catalanes de finales del siglo XIX, aunque todavía no ha tenido suficiente reconocimiento.

Antoni Fabrés i Costa (1854-1938) tuvo un gran éxito en vida, teniendo grandes reconocimientos y encargos, pero las generaciones posteriores lo han ido olvidando, tapado por conocidos nombres como el de Marià Fortuny. El Museo Nacional de Arte de Cataluña le quiere hacer justicia con una exposición donde se muestran algunas de sus mejores obras, tanto pinturas como esculturas, que el mismo artista entregó en 1926 a la Junta de Museos de Cataluña. El artista, entonces alumno de la Escuela Llotja de Barcelona, ​​consiguió ganar con solo 21 años una pensión para ir a Roma, la ciudad que entonces era el destino natural de los artistas que destacaban. Al llegar, un año después de la muerte de Mariano Fortuny, Fabrés se dedicó al dibujo, la pintura y la acuarela, tres técnicas que dominó como nadie en su época. La relación entre los dos artistas se ha ido haciendo evidente, y es que se habla de la obra de Fabrés como continuadora de la de Fortuny en cuanto a la temática, la orientalista. Sin embargo, como se ve en la exposición, Fabrés no puede inscribirse en ningún movimiento específico ya que, aparte de pintar temas comunes a muchos artistas de finales del siglo XIX, también creó muchas piezas dentro del realismo y el naturalismo. De este modo, la denuncia de las diferencias sociales encontraron en el artista a un gran representante. Aparte, también resultó un gran retratista.

La exposición del Museo Nacional de Arte de Cataluña se podrá visitar del 31 de mayo al 29 de septiembre, de martes a domingo.

La entrada para ver la muestra tiene un precio de 4 euros. Las podéis adquirir en el sitio web del MNAC.

Fecha de publicación: Lunes, 27 mayo 2019
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