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Imagen promocional de la exposición Evidencia, de Joan Fontcuberta

Joan Fontcuberta ensancha los significados de la fotografía

El artista cuestiona la unicidad de la imagen con dos ejercicios: en Monstruos aborda los claroscuros del cambio de paradigma y en Evidencia da cuerda a los relatos personales de los visitantes.

Por definición, la fotografía manifiesta la constatación de un hecho: muestra lo que hay o lo que ha pasado delante de la cámara. Esta obviedad sustenta la tácita aceptación de su función documental. Y es justamente por esa presunción de veracidad que se utiliza en documentos de identidad o para ilustrar noticias en la prensa.

En realidad, las fotografías son imágenes que contienen formas, texturas y colores que cualquier espectador mínimamente acostumbrado es capaz de decodificar e interpretar. Las dudas aparecen cuando desconocemos las circunstancias, ya que una fotografía sin contexto carece de un significado plausible y se convierte en una puerta abierta a la imaginación.

El fotógrafo Joan Fontcuberta (Barcelona, ​​1955) es un experto en explotar este terreno de la indefinición. Además de artista, Fontcuberta es crítico, docente, comisario de exposiciones y escritor. Sus imágenes han sido exhibidas en museos catalanes como La Virreina e internacionales como el Centro Pompidou de París, el Metropolitan Museum de Nueva York o el Art Institute de Chicago. La duda es su sello inconfundible. Juega con las apariencias para generar incertidumbre: documenta el marco, lo anecdótico, para hacer creer que algo ha sucedido, para poner de manifiesto que a menudo las primeras lecturas resultan erróneas y para cuestionar verdades que nadie se atrevería a refutar.

En estos momentos, Fontcuberta tiene en cartel dos exposiciones en la Fundació Vila Casas, fruto del acuerdo de colaboración con la Universidad Pompeu Fabra (UPF). El Museo de Can Framis acoge Monstruos hasta el 23 de enero y la Galería del Área Talleres del Campus de Poblenou de la UPF alberga Evidencia hasta el 31 de marzo.

La primera cuenta con la participación de los alumnos de la UPF Paula G. Cortacans y Miquel Roig y de los creadores en residencia Anna Giralt y Jorge Caballero. Mediante diversos recursos como la degradación de negativos, las simulaciones digitales y diversas deepfakes de Donald Trump, Silvio Berlusconi y Juan Carlos de Borbón, la muestra hace emerger los claroscuros y las perversidades del lenguaje, la tecnología y la política haciendo un paralelismo con la máxima revolucionaria de Antonio Gramsci según la cual el viejo mundo –la fotografía, como promesa de verdad y memoria– se está muriendo y el nuevo mundo –las imágenes generadas por la inteligencia artificial– aún brega por surgir. Las entradas cuestan 5 euros –2, si es reducida– y se pueden comprar en este enlace. El día 15 se ha programado una visita comentada a cargo del artista. En este caso, las entradas valen 7 euros –4, la reducida– y es necesario reservar plaza clicando aquí.

Evidencia, en cambio, presenta un conjunto de fotografías extraídas del archivo de la revista mexicana Alarma!, especializada en crímenes y temas de sangre e hígado. Desprovistas de pie de foto y sin facilitar ningún dato sobre su contexto, las imágenes dejan de ser documentos y se convierten en motores de especulación. Como en el test de Rorschach –esa prueba psicológica sobre la percepción individual de unas manchas abstractas–, Fontcuberta propone un juego de storytelling: Se trata de utilizar cualquiera de las fotografías expuestas como punto de inicio del relato personal que cada uno quiera hacer. El artista invita al visitante a escribir en un post-it una pequeña historia sobre el significado que podría tener esa imagen y engancharlo encima. Con este ejercicio, en el que cada persona aportará una versión propia, Fontcuberta demuestra que las fotografías pueden ser “evidencia” de muchas cosas a la vez.

Fecha de publicación: Viernes, 31 Diciembre 2021
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