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Obras expuestas de Cesc Abad en El perfume de una idea. Distopia psicológica

Cesc Abad invierte la teoría evolutiva de Darwin

El pintor barcelonés plantea, como sátira del comportamiento humano, un mundo distópico en el que la carrera de las especies sigue otros caminos.

¿Puede invertirse la teoría de la evolución formulada por Charles Darwin? Sí, al menos en lo artístico. De todos los seres vivos que habitan en el planeta, ¿cuáles han evolucionado y en qué sentido? Esto ya sería más discutible, se mire como se mire.

Estas y otras muchas preguntas han sido objeto de reflexión, tanto intelectual como pictórica, por parte de Cesc Abad. Nacido en 1973, a los quince años fue expulsado de la escuela y se sintió atraído por las artes visuales. De muy joven pinta y realiza las primeras exposiciones, hasta que a los 21 años se ve abocado a hacerse cargo de la empresa familiar. Durante 20 años experimenta, casi a escondidas, en un estudio conectado con el despacho, llamado El Muro por sus empleados, hasta que, finalmente, pone fin a esta doble vida clandestina y decide dedicarse exclusivamente al arte.

A medida que desarrolla su carrera, Abad se da cuenta de su interés por la relación entre los seres humanos y la naturaleza, hasta encontrar la herramienta idónea para plasmar esta obsesión a través de un proceso creativo en el que combina las escenas simbolistas –y simbólicas– con la pincelada postimpresionista. El resultado es un mundo distópico que invita a reflexionar y cuestionar cuál es –y cuál debería ser, en consecuencia– nuestro papel.

Si invertimos el planteamiento darwiniano y formulamos una teoría de la “involución”, encontraremos un escenario en el que la cúspide de la civilización está reservada a los animales que sean capaces de desarrollar comportamientos más eficaces que el ser humano. La obra de Abad se adentra en una especie de jardín del Edén que advierte de los peligros de los avances tecnológicos a través de la mutación de partes del cuerpo biológico de los animales en coches, semáforos o televisores.

Definitivamente, Abad explota su imaginario para criticar al mundo. Éste es el hilo conductor de su último proyecto, El perfume de una idea. Distopía psicológica, una selección de pinturas en las que el artista indaga sobre los defectos de nuestra sociedad, en colaboración con The Room Studio, que se puede visitar hasta febrero en la Galería Espai París.

Fecha de publicación: Jueves, 23 Diciembre 2021
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