Acerca de Carles Domènec

Fotógrafo y periodista

El festival Kosmopolis y la literatura amplificada

El encuentro Kosmopolis, centrado en la reflexión sobre la creación literaria en todas sus vertientes, completa, desde el año 2002, un rico panorama de certámenes especializados en diferentes sectores: BCNegra, Món Llibre, Semana de la Poesía y Barcelona Novela Histórica.

El diálogo inaugural de Kosmopolis, el 18 de marzo pasado, con Juan Marsé, Josep M. Cuenca y Jorge Herralde entre los participantes.

La literatura amplificada es el lema de Kosmopolis, una declaración de intenciones sobre la puesta en escena del mundo de la palabra en el sentido más variado y extenso. El director del festival, Juan Insua, explica: “El objetivo es pensar que la literatura es una gran casa con muchas puertas de entrada; el concepto de amplificada tiene que ver con el hecho de considerar que se puede entrar desde una serie de televisión, un videojuego, una novela gráfica o manifestaciones científicas”.

La última edición de Kosmopolis en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) recibió a 8.900 visitantes. El festival tiene carácter bienal, pero, más allá de los cinco días del acontecimiento, dispone de una programación continuada durante toda la temporada. “En 2002, Josep Ramoneda, entonces director del CCCB, me encargó la creación de un festival de literatura y pensé que era conveniente formular un encuentro para el siglo xxi con una concepción abierta y basado en la recuperación de la palabra”, recuerda Insua.

El festival no se limita a la expresividad de la palabra impresa, sino que se consideran con la misma fuerza la oralidad y las palabras electrónicas. “El objetivo último es mantener viva la llama de una de las artes más poderosas y transformadoras como es la literatura, entendida como fuerza en constante cambio, y mostrar que es una gran herramienta para impulsar la evolución de una sociedad, un terreno sin límites –argumenta Insua–. Un mundo sin literatura sería inconcebible, pero es reduccionista definirla solo bajo la óptica del paréntesis Gutenberg”, aclara. Lo que hoy consideramos literatura “puede tener poca relación con la concepción que tendremos de ella dentro de quince años”, asegura el director.

Con estos parámetros, la novena edición de Kosmopolis, que tuvo lugar del 18 al 22 del pasado mes de marzo, incluyó encuentros de escritores para hablar de literatura, conversaciones sobre traducción, laboratorios de escritura, un espacio dedicado a reflexionar sobre periodismo del siglo xxi, una exposición en torno a la figura de W. G. Sebald, un bookcamp para debatir el futuro del libro, actividades infantiles y juveniles, recitales, el Canal Alfa con proyecciones audiovisuales relacionadas con la literatura y ponencias magistrales de autores tan relevantes como Juan Marsé, Alberto Manguel, Javier Cercas o David Grossman, entre muchos otros.

Una exposición sobre el escritor alemán W.G. Sebald.

“La crisis nos ha afectado, pero la hemos esquivado. El festival se redujo a tres días a partir de 2008, pero hemos recuperado el formato de cinco días y ampliado las secciones –apunta Insua–. Hemos visto que el mundo editorial se polariza con fusiones de grandes grupos, pero, al mismo tiempo, aparecen editoriales pequeñas y nuevas librerías y se recuperan procesos artesanales; los dos modelos conviven”. En este contexto, en el marco de la ciudad de Barcelona y desde el CCCB, Kosmopolis estimula la comunidad y el ecosistema cultural vinculado a la literatura. “Es un festival que nació en Barcelona porque es una capital de las letras, que tiene una red de bibliotecas ejemplar, una industria editorial potente en dos idiomas y muchas librerías y festivales literarios”, afirma Insua. Premio Ciudad de Barcelona 2003 por la exposición “Cosmópolis. Borges y Buenos Aires”, el coordinador concluye: “Pocas ciudades disponen de tantos elementos para que se las pueda considerar ciudades literarias; ello justifica la candidatura de Barcelona a ser designada por la Unesco Ciudad de la Literatura, candidatura en la que Kosmopolis tiene un papel fundamental”.

BCNegra

El festival BCNegra constata que Barcelona se ha convertido en uno de los polos internacionales de la novela de crímenes. Los autores locales de primer nivel proliferan, los nórdicos más internacionales presentan sus novedades, hay librerías especializadas y bibliotecas como La Bòbila. En toda esta actividad negra, BCNegra representa el eje central, una fiesta anual que ya ha cumplido diez años.

El festival acoge a los mejores autores, celebra el prestigioso Premio Pepe Carvalho, ha recuperado el Premio Crímenes de Tinta y viste toda Barcelona de negro, porque la cincuentena de actividades gratuitas de la programación se realizan en varios barrios. En la última edición, celebrada del 29 de enero al 7 de febrero, participaron setenta escritores, como Philip Kerr, Anne Perry, Alicia Giménez Bartlett o Lorenzo Silva. El comisario es el librero Paco Camarasa.

Logotipos y carteles de algunos de los festivales literarios de Barcelona.

Món Llibre

Es el festival de literatura para niños y niñas, su Sant Jordi particular, que se celebra en torno a los espacios del CCCB y el Macba. El encuentro consta de un centenar de actividades encaminadas a acercar los libros a los menores y despertarles el gusto por la lectura.

La undécima edición de Món Llibre se llevó a cabo los días 18 y 19 de abril. La conmemoración de los ciento cincuenta años de Alicia en el país de las maravillas, el clásico de Lewis Carroll, centró las actividades. El festival programa espectáculos escénicos, proyecciones de películas, exposiciones, recitales e instalaciones artísticas.

En la plaza Dels Àngels se establecen media docena de puestos de librerías con una sección de literatura infantil y juvenil.

En el festival están representadas muchas lenguas del mundo, incluida la de signos y el braille.

Logotipos y carteles de algunos de los festivales literarios de Barcelona.

La Semana de la Poesía

El Ayuntamiento asumió, en 2011, la Semana de la Poesía de Barcelona, que existía desde 1985, y agrupó en un solo festival tres grandes acontecimientos poéticos: el Festival Internacional, el Día de la Poesía y los Juegos Florales. La Semana se convertía así en uno de los certámenes más antiguos de Europa. En el mes de mayo, esta fiesta literaria es un reflejo del volumen de actos poéticos que promueve la ciudad durante todo el año.

La Semana resuena en toda la ciudad con lecturas, encuentros, conferencias y conciertos. En la pasada edición se programaron actos en centros cívicos, ateneos, bibliotecas, museos, cines y teatros, en el Macba, La Pedrera y el Pueblo Español, en la antigua fábrica Damm y en el Saló de Cent del Ayuntamiento. Los directores, Teresa Colom y Sam Abrams, explican que es “una gran celebración pública que quiere destacar la importancia de la poesía en la vida de las personas, de la ciudad y del sistema literario del país”.

 

Barcelona Novela Histórica

Un espacio tan relevante en la historia de Barcelona como El Born Centro Cultural presenta en noviembre el festival de novela histórica, que se convierte en un punto de encuentro entre los autores y los lectores del género.

El festival, de seis días, coincide con la entrega del Premio Internacional de Novela Histórica Barcino, que distinguió, en la última edición, al autor Santiago Posteguill por el conjunto de su obra. El festival se concentró en efemérides tan destacadas como el centenario de la Primera Guerra Mundial o los cuarenta años de la Revolución de los Claveles, de Portugal. La temática romana con relación a la historia de Barcelona fue tratada bajo diferentes perspectivas y el acontecimiento tuvo un espacio dedicado a la reflexión sobre el género histórico, con aspectos inéditos como el planteamiento de la existencia de la novela histórica femenina. 

El festival Kosmopolis

y la literatura amplificada

La ciudad modernista de los juguetes

  • La ciutat de les joguines. 
  • Barcelona, 1840-1918
  • Premio Agustí Duran i Sanpere
  • de Historia de Barcelona 2013
  • Autor: Pere Capellà Simó
  • Editorial Gregal y Ayuntamiento de Barcelona
  • Maçanet de la Selva, 2014
  • 436 páginas

El juguete es un objeto histórico. Lo confirma el profesor, investigador y pintor Pere Capellà Simó (Palma, 1981) en el libro La ciutat de les joguines, merecedor del Premio Agustí Duran i Sanpere de Historia de Barcelona 2013, otorgado en febrero en el marco de los Premios Ciutat de Barcelona.

La evolución de los juguetes en el cambio de siglo propone una revisión de la historia de este periodo, un momento de hermandad entre el arte y la industria, símbolo de la expansión económica y cultural de la burguesía emergente. El fin de la guerra franco-prusiana dio paso a una edad de oro de los juguetes. Nació la gran industria del juguete. Alemania fue el principal productor europeo y París ejerció de epicentro de la innovación. Los primeros anuncios de artesanos jugueteros en Barcelona se difundieron en 1840. La capital catalana recibió sucursales de empresas alemanas y francesas; se consolidó como metrópoli europea y acogió sesenta fábricas de juguetes y un centenar de comercios especializados. Sin embargo, la Gran Guerra provocó que las naciones beligerantes dejaran de producir juguetes y Barcelona, seguida de Valencia y Madrid, potenció el sector. Se fundaron las primeras colecciones de Apel·les Mestres, la dibujante Lola Anglada, Maria Junyent o los pintores Manuel Rocamora y Lluís Tolosa. Una segunda generación los siguió: el escultor Frederic Marès construyó el Museo Sentimental del siglo xix y el pintor Alfred Opisso i Cardona reunió los juguetes de su infancia.

El libro nos introduce en el mundo del juguete en tiempos del modernismo y en una industria accesible a buena parte de la población. La infancia del xix es larga y, según Charles Baudelaire, los juguetes se convirtieron en el primer contacto del niño con el arte. Los intelectuales reclamarán la colaboración entre los artistas de prestigio y los fabricantes de juguetes, como instrumentos provechosos para la adquisición de criterios estéticos y el refinamiento del gusto antes de la edad adulta.

El lector percibirá la importancia que el autor otorga al valor simbólico de los escaparates. Como una especie de brecha por la que Alicia entra en el mundo de la fantasía, los mostradores de juguetes representarán para el niño una visión deseada de felicidad, muchas familias sin recursos imitarán los artefactos que descubren en ellos con los materiales que tienen más a mano, y los adultos proyectaremos sobre ellos nuestra experiencia con fascinación.

El origen de La ciutat de les joguines es una tesis doctoral que Capellà Simó presentó en el año 2012. La investigación tiene dos ejes más, Barcelona-Palma y el modelo de París, que inspirarán futuras publicaciones. El texto no es una novela, pero el estilo directo, preciso y sin petulancias hace que te sumerjas en él como en un relato de entretenimiento, con historias como el episodio de Salomon Heischmann, director de la Société Française de Fabrication de Bébés et Jouets, refugiado en Barcelona en agosto de 1914.

Capellà Simó es el comisario de la futura exposición permanente de la colección de muñecas del Museo Romántico de Sitges y nos avisa de que los escaparates se han visto hoy suplantados por las vitrinas de los museos. Mirándolo bien, la evolución del juguete escribe nuestra historia en minúsculas, la de los hechos cotidianos e íntimos, tan trascendente como la de las grandes efemérides.