Las monedas complementarias son sistemas monetarios que se crean al margen de los oficiales para promover proyectos sociales, ambientales y económicos, poniendo en valor activos y recursos locales que no se encuentran en los circuitos de inrtercambio ordinarios. Se erigen
Monedas complementarias
Las monedas complementarias son sistemas que se crean al margen de las oficiales para promover proyectos económicos, sociales y ambientales, y que ponen en valor activos y recursos de ámbito local que no se encuentran en los circuitos ordinarios de intercambio.
La moneda del municipio austríaco de Wörgl reactivó la producción y la demanda interna durante la Gran Depresión. El sistema de crédito empresarial cooperativo WIR, de Suiza, es otro ejemplo exitoso de moneda complementaria. Este sistema y el de pagos móviles M-Pesa, de Kenia, son los únicos casos actuales con impacto macroeconómico.
Los bancos de tiempo son espacios en los que se intercambian habilidades, pero nunca a cambio de dinero: se contabilizan las horas de los servicios prestados por las personas y se devuelven en forma de otros servicios que necesiten.
Entre 2009 y 2010 surgen en Cataluña las primeras ecorredes, experiencias innovadoras de moneda local que promueven un funcionamiento económico al margen del sistema monetario dominante. Son redes sin ánimo de lucro de ciudadanos que intercambian bienes y servicios retribuidos en moneda social.
Este Monopoly alternativo sirvió como campo de pruebas de la moneda local de Vilanova i la Geltrú.
Santa Coloma de Gramenet ha puesto en circulación una moneda social, la grama, con el objetivo de incentivar el comercio local y fortalecer el compromiso de los residentes con su ciudad. Inspirado en este y en otros proyectos, el Ayuntamiento de Barcelona prepara una prueba de moneda local en los barrios del Besòs.
La revolución digital ha fomentado la eliminación de intermediarios en la mayoría de los sectores económicos, pero en el caso del financiero los ha hecho todavía más fuertes. La capacidad de crear dinero –exclusiva de las entidades de crédito– es la causa principal de esta anomalía. Una solución pasa por generar nuevos mecanismos de creación monetaria.