Cuando cada concierto podría ser el primero y el último... el músico se deja la vida en cada canción, en cada nota... Por si no hay más ... Por si después vuelve a estar obligado a enmudecer, a callar otra vez como estuvo callado tantas y tantas semanas. Sin pisar escenarios ni escuchar los aplausos

Cuando cada concierto podría ser el primero y el último, cada concierto es una celebración, una gran fiesta compartida que los músicos disfrutan arriba del escenario y el público desde la platea.

Y que se dejaban la vida al escenario como si ese concierto fuera el primero o el último es la impresión que tuvieron los espectadores que tuvieron la suerte de disfrutar en el CC Coxeres Borrell del concierto de Koko-Jean & The Tonics acompañados por el saxo de Dani Nel·lo. Porque los cinco, con Mrs Koko-Jean Davis como voz cantante, lo dieron todo y más, disfrutaron tocando y canando, se lo pasaron bien, hicieron solos kilométricos, bailaron como verdaderos contorsionistas (Mrs Koko-Jean, que es una máquina) e hicieron disfrutar de lo lindo a unos espectadores que acabaron de pie, bailando y dando palmas... aunque, eso si, a dos metros de distancia porque nadie deseaba que aquel concierto fuera el último. Todos querían más. Y más. Y más. Tanto como sea posible.