Podían haber hecho lo que hubieran querido en l escenario, porque el público ya estaba entregado antes de que salieran. Las esperaban con ganas. Las reclamaban con aplausos. Las bailaban sin haberlas escuchado. Y todo esto sin levantarse de la silla y con la mascarilla enfundada.

Las Ketekalles podían haber hecho lo que hubieran querido en el escenario del Centre Cívic Albareda porque hubieran triunfado igualmente. Y conscientes de que la plaza estaba ganada sin desenfundar la guitarra, decidieron que el escenario era su casa y que se lo podían tomar con la naturalidad de quien canta en la ducha o en el sofá para entretener unos amigos. "Vamos peña", reclamaban. Y la "peña" lo dio todo para acompañarlas en unas canciones que se sabían de memoria y podían entonar con la misma seguridad que las cuatro componentes de Ketekalles, una formación que fusiona rumba con cumbia y con rap, que canta a las mujeres con palabras de empoderamiento y que las hace bailar con ritmos sincopados.

Y entre canción y canción, las Ketekalles compartieron el secreto de su éxito: explicaron que se lo pasan muy bien haciendo lo que hacen, cosa que se nota a leguas de distancia; admitieron que la perfección no es una de sus virtudes cuando tienen un instrumento delante; pero también confesaron que su música y sus letras acompañan a muchas mujeres y les hacen el camino más fácil... Y solo había que mirar la platea para constatar que era cierto.