Hay muchas maneras de explicar una historia. Muchas. Tantas que incluso no hace falta que sea una historia. Desde un escenario se pueden explicar sentimientos, emociones, retazos de sentimientos, retazos de emociones... Y cuando decimos explicar, no queremos decir hacerlo solo con palabras, ni solo narrar, ni solo describir... Queremos decir un poco de todo y un poco de nada. Queremos decir jugar con las palabras, jugar con las imágenes, introducirlas en una coctelera y agitar. Y con las gotas, destiladas una a una, dejar que se llene un escenario, un vacío, un momento, una hora de nuestras vidas...

Y diréis, ¿todo esto a que viene? Pues viene a que Hasta agotar existencias (Ensayando para que la muerte de mí madre no me pille desprevenida), la pieza que hemos podido ver en el Centre Cívic Parc Sandaru dentro de su gira por los escenarios del Barcelona Districte Cultural, no es una obra de teatro al uso, con una historia con principio, nudo y desenlace, con unos personajes que se encuentran y hablan entre ellos de las cosas que les pasan...

En Hasta agotar existencias sólo sube al escenario Verónica Navas Ramírez que es autora, directora e intérprete, aunque no interprete a nadie porque habla de ella o de una ella que en un momento pensó que su madre podía morir al día siguiente y que, por si esto pasaba, tenía que preparar estrategias que la pudieran ayudar a afrontar la pérdida. Y estas estrategias las diseñó en cuadernos que le había regalado su hermana, con estilogràfiques que le había regalado su padre. Y ahora, como que nos las quiere explicar, filma las páginas del cuaderno, una a una, y las proyecta en una pantalla para que podamos seguir el hilo de su pensamiento. Y también proyecta fotografías. Y comparte grabaciones de la voz de su madre, conversaciones que ha tenido con ella... Y con todo esto va modelando una sensación que después crecerá en ella, en su cuerpo.

A través de su mirada, conoceremos a su madre. Y a través de cómo ve a su madre la conoceremos a ella. Y al final, una y otra acabarán confundiéndose porque esto es el que muchas veces pasa entre madres e hijas. Y es así Hasta agotar existencias.