¿Cómo era aquello de que en el pote pequeño está la buena confitura? Y ¿qué pasa si el pote no es un pote sino una jarra?, ¿o un plato?, ¿o una mesa?,¿ o una cama? Pues pasa lo que pasa: que estáis invitados a un cóctel de Píndoles que no olvidaréis. Este es la invitación que desde hace 5 años realizan tres amigos que se encontraron en un máster de gestión cultural, que tuvieron una idea loca y que la han hecho funcionar: David Barrera, Giulia Poltronieri y Maria Soler, los inventores de las Píndoles teatrales, un medicamento que puede curar de todos los males y que está hecho de dos ingredientes mágicos: teatro en formato breve y siempre en espacios singulares.

“El festival Píndoles nació hace cinco años con la idea de dar valor al teatro breve”, nos explica Maria Soler, una de las socias de este tripartito teatral, quien admite que lo siguiente -hacer girar los espectáculos que se habían presentado en lotes de tres- era prácticamente obligado. “Queríamos dar una segunda vida los montajes que se habían presentado, así que una vez acabado el festival les ofrecemos la oportunidad de sumarse en el nuestros catálogo. Y ya  tenemos cerca de 40”.

Pero volvamos al inicio, a la idea de reivindicar el formato breve: ¿Por qué? “ Pasa en teatro como en el cine, donde el cortometraje se un formato importante. Las historias se pueden explicar de una manera más corta o más larga, utilizando unos recursos o otros”. ¿Todas las historias? María cree que sí, "solo que aquí hace falta un lenguaje mucho más intenso porque tienes que ser capaz de exponer el planteamiento, el nudo y el desenlace en menos de 15 minutos y esto quiere decir captar la atención del público en menos de un minuto”. Y esta fórmula tanto sirve por una comedia como para un drama, por un thriller o para un musical, para un espectáculo de teatro de objetos o para otro de teatro-danza.

De comedias y de dramas tendremos entre las tres piezas breves que han escogido para presentarse en el Barcelona Districte Cultural, Duérmete niño, Happy birthday, Jamie Love y Welcome to Berlín.

Ah, y estáis advertidos: No les busquéis en el escenario sentados desde la platea. ¡Os intentarán sorprender!