Barcelona

Del ‘Capitán Trueno’ a ‘Mortadelo y Filemón’

En una época en la que el hábito de la lectura era casi inexistente, la Editorial Bruguera consiguió entrar en miles de hogares con las historietas y novelas por entregas. Poco a poco, las tiras cómicas de sus semanarios –como Pulgarcito o Tío Vivo– se hicieron un lugar en la cultura popular, y sus personajes se grabaron para siempre en las infancias y adolescencias de millones de personas.

Una empresa multinacional de barrio

La relación de la editorial con el barrio del Coll, en el que estaba ubicada, llegó a ser tan estrecha que no se podría explicar su crecimiento por separado, ya que muchos vecinos del Coll eran trabajadores de la Bruguera y numerosos comercios y locales del barrio dependían de forma directa o indirecta de la editorial. En el año 1986, a causa de graves problemas económicos, el gigante Bruguera cerró sus puertas. El edificio en el que estuvieron instalados los primeros talleres es hoy el Centro Cívico El Coll – La Bruguera, un espacio popular que lucha por mantener viva la memoria de los tiempos en los que personajes como Zipi y Zape, Doña Urraca, Rompetechos o Superlópez eran los reyes indiscutibles del quiosco. El proyecto de recuperación de la memoria de la antigua editorial Bruguera impulsado por el distrito de Gràcia tiene la voluntad de recuperar y conservar el patrimonio oral y documental de los antiguos trabajadores, a la vez que lo difunde desde la participación activa de diversas entidades del barrio con acciones como exposiciones o mesas redondas.