42: el nombre
Solo hay que hacer una búsqueda en Google: el 42 es el número por excelencia de la ciencia ficción y, por extensión, de todos los géneros fantásticos. Se hacen memes, camisetas y artículos enteros sobre él para dar con el quid de la cuestión. Se homenajea y se juega a ese número, se utiliza en citas más o menos escondidas. Y, sobre todo, se intenta revelar su misterio.
Porque el 42, de entrada, tiene un origen evidente: es la sorprendente respuesta a la pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida, el universo y todo lo demás?”, y la da el ordenador Pensamiento Profundo, después de meditar 7,5 millones de años, en la novela de Douglas Adams Guía del autoestopista galáctico. Adams, tótem del género en su vertiente más ligada al humor (lo que lo hermana con Kurt Vonnegut, Terry Pratchett, Italo Calvino y, más recientemente, Pere Calders), sin embargo, no se detuvo aquí. En la novela, después de la célebre respuesta, el ordenador remacha el clavo diciendo que, en realidad, el problema es que la pregunta no estaba bien planteada. Esto, claro está, llevará a los personajes a construir un ordenador mejor para poder plantear la pregunta definitiva...
Y aquí lo dejamos, por ahora. Porque este hecho, la invitación a plantear nuevas preguntas, a dejar de lado las grandes respuestas para enriquecer mejor los planteamientos iniciales, es lo que quiere caracterizar al festival. El 42, pues, como forma de replantear el género.
Un nombre diferente, tan diferente que no es un nombre, sino un número.
Un nombre que celebra una tradición, la de los géneros fantásticos, siempre creativa.
Y un nombre que instauramos, además, en el 42.º aniversario de la obra que lo creó (sí, la Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams cumplió 42 años en 2021).
Para todo lo demás... nos vemos en el 42.