"Nuestra idea radical es hacer un uso social del dinero"

Las finanzas éticas priorizan el impacto social positivo sobre el lucro. Sonia Molina Vila, directora de la Delegación barcelonesa de Fiare Banca Ética, nos cuenta el entramado de una entidad de estas características.

22/09/2020 12:21 h

Laia Ruiz

¿Cuál es el origen de esta entidad bancaria y qué la define?

Fiare Banca Ética nace en Bilbao y, en 2014, comienza a operar como entidad financiera como sucursal de Banca Popolare Etica, pues compartíamos valores y vocación. FiareBE se caracteriza por ser una entidad financiera cooperativa que canaliza los recursos hacia proyectos que los necesiten para salir adelante. Todo, desde un punto de vista hacia la transformación social.

La entidad se basa en tres ejes: transparencia, democracia y velar por el uso social del dinero. Esta es la idea radical: hacemos un uso social del dinero. Nosotros no entendemos el beneficio como un fin sino como un medio para esta transformación.

¿En qué se diferencia de la banca tradicional?

FiareBE está hecha por personas muy comprometidas que creen en el proyecto, construida de abajo hacia arriba. Es una entidad sin ánimo de lucro, pues la entendemos como el medio para conseguir nuestro objetivo: la transformación social. Evidentemente, no somos una ONG. Necesitamos resultados para que el proyecto continúe. Pero ¿qué se hace con esos beneficios? Se reinvierten en la sociedad. No repartimos beneficios y no tenemos accionistas, tenemos los socios / as. Las personas socias compran capital social sin recibir nada a cambio y se celebran asambleas anuales donde cada persona y socia es un voto.

A nivel operativo, ¿qué implica esta organización diferente y estos valores?

Cuando entra una operación, desde operativa hacemos el análisis económico porque deben ser viables. Pero, aparte, le damos la misma importancia o más en la evaluación socioambiental. Este análisis se realiza por los socios y socias de manera voluntaria, que forman una comisión encargada de evaluar las políticas de remuneración, las de contratación, si la actividad tendrá o no un impacto social positivo, las implicaciones hacia la sociedad, transparencia… Si un proyecto es viable pero no cumple este análisis socioambiental, no puede salir adelante.

Quizás a nivel de recursos no movemos tantos como la banca tradicional, pero en valores somos una entidad inmensa, somos muy grandes.

Además de los valores inmensos, las finanzas éticas están creciendo, también FiareBE. ¿Cómo ha sido este proceso de crecimiento? ¿Cómo ha afectado la situación de la pandemia en este crecimiento?

Estamos creciendo de una manera muy sostenida. El inicio de año siempre es complicado, pero con la crisis hemos superado las expectativas marcadas al inicio pues hemos hecho una apuesta muy fuerte para apoyar a las entidades. Para nosotros era importante transmitir, sobre todo a nuestras entidades socias, que estábamos a su lado. Hemos agilizado procesos, hemos creado productos nuevos para que los costes financieros fueran los menos posibles, todo sin intentar ganar el máximo en cada operación porque no buscamos el máximo beneficio sino apoyar.

Por ejemplo, hemos conseguido firmar el convenio con El Instituto de Crédito Oficial para ofrecer los préstamos ICO del estado que son con un tipo de interés muy económico en comparación con otros tipos de préstamos. Esto ha hecho que damos respuesta a las entidades que ya eran socias de FiareBE o que ya trabajaban con nosotros y, además, llegar a entidades que todavía no nos conocían. Ha sido un trabajo en red interesante.

Además de ICO, también se ha ampliado el fondo crédito firmado con el Ayuntamiento de Barcelona. ¿Qué implicaciones para la ESS tiene este convenio?

El convenio es importante porque, para nosotros, que la administración pública vaya junto a las entidades de la economía social y solidaria es básico, primordial.

Este convenio se creó en 2017, con un fondo de un millón de euros con unas líneas de financiación especiales, donde el Ayuntamiento interviene como garantía por un valor de unos 100.000 €, un 10%. Esto da acceso a un crédito a entidades y nuevos proyectos de la ESS que, a veces, puede tener dificultad de acceder a recursos. Ahora, se ha incrementado hasta los 2 millones y, además de apoyar el inicio de un proyecto o una actividad nueva con entidades que ya existían, se han abierto otras líneas de financiación. Por ejemplo, con el Covid-19, muchas empresas y entidades se ven obligadas a actualizar su espacio físico para adecuarlo a los protocolos o deben reorientar sus actividades. Con el nuevo convenio pueden acceder a recursos para esta transformación.

¿Qué esperáis de las administraciones públicas?

El rol de la administración pública debe ser importante, debe ser uno de los principales agentes impulsores de la Economía Social y Solidaria. Tienen los recursos para establecer políticas que incentiven el sector, el poder de establecer la cultura de la financiación ética a través del discurso y la misma práctica, pueden comunicarse para dar a conocer todos los proyectos de la ESS… Los recursos públicos deben ir destinados a lo que tiene un beneficio positivo hacia la sociedad.

Contra más presupuesto público vaya encaminado a dar recursos a estos proyectos de las finanzas éticas, mucho mejor. Más proyectos implican que la sociedad se verá beneficiada.

¿Y qué podemos hacer, nosotros, como consumidores y consumidoras?

Debemos preguntarnos en qué mundo queremos vivir. Nosotros, como individuos, somos responsables de las acciones que hacemos para favorecer o no la sociedad que queremos. Podemos utilizar la economía para cubrir las necesidades de las personas y no al revés. Como consumidores y consumidoras, desde que salimos de casa hasta que nos vamos a dormir, todas las acciones que hacemos en el día a día afectan al tipo de sociedad que queremos.

¿Y cómo crees que pueden crecer las finanzas éticas y, así, apoyar también a la ESS y otras economías transformadoras?

Tenemos que ganar presencia, tenemos que trabajar para que la ciudadanía nos reconozca como una entidad de referencia. La banca tradicional tiene toda la red de oficinas, que nosotros no tenemos … necesitamos trabajar más con la cultura de la financiación ética y trabajar para cambiar el punto de vista: cambiar la valoración de cómo sacar rendimiento a los ahorros, no desde un punto de vista económico sino desde un punto de vista más social.

Esta nueva oficina es un espacio inspirador, con mucha luz, todos los ventanales … no somos nada opacos. Invita a la transparencia, que es a lo que nosotros le damos mucha importancia. Queremos un espacio de encuentro hacia los clientes, hacia nuestras entidades socias, hacia las personas socias. En esta oficina lo que se ha intentado es crear un espacio donde puedan reunirse estas personas socias y esté la oficina abierta o no. Siempre tienen acceso al espacio, en función de sus necesidades. Nos ayuda a transmitir nuestros valores: aquí estamos, puede contar con nosotros en lo que desee y en el que necesite. Queremos caminar a su lado.

Mencionas la transparencia, entre otros, como uno de los valores clave. Además del espacio físico, ¿cómo divulgáis esta transparencia en vuestro trabajo?

Somos una entidad totalmente transparente en que puedes ver en la web todos los proyectos que hemos financiado. Además, hacemos el Balance Social una vez al año, donde se puede ver las operaciones detalladas de nuestra actividad. Ahora también se ha publicado el primer informe de impacto social, donde se ve el impacto de los proyectos que financiamos. Para diferenciarnos, no hablamos tanto desde un punto de vista económico sino desde un punto de vista de eficiencia hacia la sociedad, qué impacto social tiene.

Como Directora de la delegación de Barcelona, ​​ ¿qué papel crees que tiene el sector de las finanzas éticas y la ESS en la promoción de la igualdad y equidad de género?

Aún representando a más del 50% del mercado laboral, las mujeres no llegan al 30% de los puestos de dirección. Este desfase entre el porcentaje que las mujeres ocupan en el mercado laboral y el que ocupan en puestos de dirección hace que nos perdamos un porcentaje importante de talento.

En el sector de la ESS, la mayoría de las veces que me he entrevistado con cooperativas y empresas, los puestos de dirección y de dirección de finanzas están ocupadas por mujeres, que no es habitual en otros sectores. Esto es importante por la visibilidad que representa, sobre todo porque ayudaremos a las generaciones que vienen.

¿Cuál es el último mensaje que te gustaría compartir?

Pues que hay muchas entidades desde hace muchos años que trabajan para que este proyecto de finanzas éticas sea posible. Otra manera de hacer banca no es utopía, ya existe. Hay que pasar a la acción.