La LGTBI-fobia, cuarto motivo de discriminación en la ciudad de Barcelona durante 2024

El informe del Observatorio de las Discriminaciones en Barcelona contabiliza un total de 226 hechos de discriminación LGTBI-fòbica el último año

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15/07/2025 - 10:32 h - LGTBI

La discriminación por LGTBI-fobia se convirtió en el 2024 el cuarto motivo por el cual se discrimina a las personas en la ciudad de Barcelona, por detrás del racismo, la discriminación por género y por motivos de salud.

De entre todos los factores de discriminación que recoge el informe, las discriminaciones por LGTBI-fobia son de las que causan un mayor daño emocional, junto con las que están motivadas por temas de salud, capacitismo, religión, racismo y xenofobia o por género.

En general, entre los años 2019 y 2024 se observa un aumento sostenido del registro de incidencias por este tipo de discriminación, que han pasado de 205 a 226 el último año, según el informe presentado esta semana para el Ayuntamiento de Barcelona.

El 52% de las incidencias por LGTBI-fòbia registradas fueron motivadas por la gaifòbia, con 117 situaciones en total, según los datos del Observatorio contra el LGTBI-fobia (OCL) y otras organizaciones de la Mesa de entidades con Servicio de Atención a Víctimas de Discriminación., Estas entidades colaboran en la elaboración del informe ofreciendo datos y análisis basados en los protocolos conjuntos de atención en el LGTBI-fobia y otros tipos de discriminación.

También se registraron 63 hechos de transfobia, 13 de lesbofobia y, por primera vez, una situación discriminatoria por el hecho de ser una persona queer. Un total de 31 situaciones de discriminación estaban dirigidas al colectivo LGTBI en su conjunto como, por ejemplo, discursos de odio en redes sociales o actos vandálicos contra símbolos del colectivo LGTBI, entre otros.

El Observatorio contra el LGTBI-fobia indica que, mayoritariamente, son hombres gais y mujeres trans los que comunican o denuncian estas situaciones con una media de edad comprendida entre 30 y 35 años. Eso evidencia la dificultad por llegar a otros perfiles dentro del colectivo LGTBIQA+, como las mujeres lesbianas y bisexuales, personas mayores o personas jóvenes.

Quién discrimina y cómo lo hace

Con respecto a quien comete las discriminaciones por LGTBI-fòbia, se constata que son mayoritariamente personas particulares. Principalmente son hombres los que ejercen agresión verbal y física, promueven discursos discriminatorios y de odio contra las personas LGTBIQA+ y cometen actos vandálicos.

Sin embargo, ha aumentado el número de casos en los cuales los cuerpos policiales ejercieron discriminaciones por transfobia, y aquellos en los que personal de seguridad privada actuó motivado por homofobia o por transfobia. La discriminación LGTBI-fobica por parte de entidades privadas, empresas o la administración pública también aumentó ligeramente.

Del total de situaciones de LGTBI-fobia registradas, 152 fueron agresiones verbales, mientras que 116 fueron expresiones de discurso discriminatorio o de odio, 61 fueron agresiones físicas, y se denunciaron 11 hechos de vandalismo con esta motivación.

Las amenazas, los comentarios vejatorios, los tratos agresivos, la vulneración de su dignidad y los discursos discriminatorios o de odio definen el día a día de las personas afectadas por LGTBI-fòbia. Perciben que la ciudad no es un espacio seguro, a causa del nivel de violencia e intentos de homicidio en los cuales se vieron expuestas en vías públicas y plazas por parte de desconocidos.

El Observatorio señala que la mayoría de las situaciones registradas van acompañadas de agresión física o amenazas. Asevera que las agresiones físicas no van nunca solas: siempre se expresan con discurso discriminatorio o de odio, vulnerando los derechos a la integridad física y moral y a la salud, porque también se daña el bienestar físico y mental. Muestran su preocupación para que con el auge de la ultraderecha se esté legitimando, cada vez más, la virulencia de esta discriminación y aumente la impunidad.

Discursos de odio y espacios de discriminación

Al OCL le preocupa también el contexto de polarización y banalización de los discursos discriminatorios o de odio vinculados al LGTBI-fobia en los medios digitales como internet, las redes sociales y las apps de inteligencia artificial. De hecho, la mayor parte de las incidencias para discursos de odio registradas en el Informe de las Discriminaciones estuvieron motivadas por situaciones de LGTBI-fobia con expresiones vejatorias que instigaron el odio por el hecho de ser personas LGTBIQA+ y contra sus derechos humanos.

Además, la Oficina por la No Discriminación asegura que las acciones discriminatorias que ejercen particulares presentan cada vez más crispación y violencia, a causa de esta legitimación del discurso discriminatorio o de odio en los ámbitos social y político.

Por espacios, las calles, parques, playas y plazas son los espacios donde más discriminaciones por LGTBI-fòbia se dan, por parte del vecindario, grupos organizados, transeúntes, usuarios y usuarias del transporte, hombres jóvenes o grandes, principalmente.

Pero la LGTBI-fobia también está presente en empresas que gestionan gimnasios, discotecas y centros de ocio. En el contexto de entidades privadas y empresas, se observa la tendencia a individualizar la responsabilidad de los hechos en personas concretas que trabajan en su entorno, lo cual promueve impunidad. Muchas veces, minimizan la situación discriminatoria o se muestran indiferentes.

Mirada interseccional

El informe también insiste en la necesidad de aplicar una mirada interseccional a la recogida y análisis de las incidencias por motivos de discriminación, atendiendo en los diferentes ejes de opresión que atraviesan las trayectorias vitales de las personas.

Así, se constata que, cuando las situaciones de LGTBI-fobia interseccionan con otros motivos de discriminación a causa del origen, la edad, la situación económica y la diversidad funcional, las personas que cometen la discriminación ejercen una relación de poder más opresiva.

El OCL sostiene que hacen falta estudios más exhaustivos y detallados de estas intersecciones para hacer visible como, tras la LGTBI-fobia, persisten realidades invisibles que originan más opresión y violencia. Conocer estas evidencias podría mejorar sus acciones y estrategias de intervención.

Un ejemplo de estas discriminaciones interseccionales que se expresa en el informe es el que sufrió un joven gay migrante, en situación administrativa no regularizada y que vive con un diagnóstico de VIH, que sufrió discriminación en el piso que compartía con el titular del contrato de alquiler.

La entidad Gais Positius, que recogió el caso, explica que esta situación evidencia una discriminación interseccional. La diferencia de poder en la titularidad del contrato de alquiler, la situación administrativa no regularizada, la condición de migración de esta persona y la serofòbia (basada en un conjunto de estigmas vinculados al VIH, más allá del conocimiento científico) acaban en una situación de discriminación específica e interseccional que afecta particularmente las personas con VIH en situación precaria, su status administrativo y su derecho a la vivienda.

Otra de las entidades que colaboran en el informe, ACATHI, también insiste en la necesidad de aplicar una perspectiva interseccional, desde su experiencia en la atención y promoción de los derechos de las personas LGTBIQA+ migradas, asiladas y refugiadas. La entidad sostiene que se necesitan programas formativos para propietarios de pisos, entidades privadas/empresas y personal de servicios públicos que aborden la discriminación interseccional. También aseguran que hay que fortalecer las políticas locales para tratar estas problemáticas cruzadas y para asegurar la inclusión efectiva de las personas LGTBI migradas a la ciudad.