Gameplay

Dos líneas que se desplazan verticalmente hacen el papel de raqueta; un punto representa a una pelota que rebota en las paredes de un espacio virtual; una línea vertical discontinua imita la red de un campo de tenis; y dos números actúan de marcador. Así de básico era uno de los primeros videojuegos que se comercializaron, el Pong. Esto sucedió durante el 1972, hace 47 años, y desde entonces el mundo del videojuego ha evolucionado de manera vertiginosa. Hoy, este sector va mucho más allá del ocio y ha dado lugar a lenguajes y formatos propios que se extienden a otros ámbitos de la cultura como el arte, el aprendizaje, la investigación, la formación y, por supuesto, la tecnología. Para reflexionar en torno a este fenómeno, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona organiza la exposición Gameplay, que se podrá visitar del 19 de diciembre de 2019 al 30 de agosto de 2020.

Gameplay refleja la evolución de los videojuegos desde varias vertientes como la creatividad, la innovación artística, la producción, los contenidos críticos o su impacto social. Además, pone de relieve su creciente presencia en la vida cotidiana. Hoy encontramos videojuegos para todo tipo de dispositivos electrónicos, pero además, la llamada gamificación impregna de carácter lúdico otros ámbitos no necesariamente recreativos como pueden ser los estudios o el trabajo.

La muestra expone obras artísticas de nombres como Mary Flanagan, Joan Leandre, Harun Farocki o Mónica Rikic, entre otros autores. Pero también cuenta con una colección de 28 puntos de juego representativos de las diferentes épocas, soportes y lenguajes del videojuego, desde la clásica máquina con joystick y botones de los años 80, a nuevos formatos inmersivos. La muestra, además, reserva un espacio a los videojuegos creados por empresas, estudios indies y proyectos universitarios del territorio catalán. Una verdadera ludoteca digital donde comprender que el videojuego es cultura.

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