
El futuro de la ciudad debe construirse sobre tres pilares básicos: la identidad, la cohesión y la sostenibilidad. ¿Es posible construir ciudades más humanas?
El futuro de la ciudad debe construirse sobre tres pilares básicos: la identidad, la cohesión y la sostenibilidad. ¿Es posible construir ciudades más humanas?
Más de la mitad de la población humana ya vive en ciudades. Superado el ecuador de este proceso global de conversión demográfica, conviene que nos detengamos para reflexionar sobre los retos que se les plantean como impulsoras de vida y convivencia.
Hablar de ciudades humanas o dignas nos sitúa en el terreno de las necesidades básicas que hay que garantizar a sus habitantes. Es importante favorecer el protagonismo de personas y de colectivos para lograr este objetivo.
Cuando hablamos de educación no nos referimos solo a la enseñanza, sino también a formas de vivir y de convivir, a la distribución del tiempo, a los modelos de acogida o al control del ruido.
Ante el desconcierto causado por la erosión del estado-nación en el proceso de globalización, son muchos, en extremos políticos opuestos, los que vuelven a dirigir la mirada hacia la ciudad como última esperanza, en términos de creatividad, solidaridad y construcción identitaria.
Las innovaciones tecnológicas y de gestión pueden ayudar a corregir los problemas de las ciudades, pero por sí solas no bastan. Hay que asegurar que estén guiadas por innovaciones en los valores y los fines sociales: no por la búsqueda exclusiva del beneficio privado, sino del bienestar colectivo.
La dinámica competitiva de miles de ciudades en todo el mundo, consumiendo recursos sin límite, es insostenible y supera la capacidad de algunas variables esenciales de los ecosistemas para garantizar la supervivencia del planeta.