Barcelona, que acapara gran parte de la inmigración de Cataluña, se ha convertido en un mosaico muy diverso de culturas y de lenguas. Especialistas en lingüística y representantes de entidades vinculadas al estudio y la defensa de la lengua trazan en este dossier un retrato de la sociedad barcelonesa y apuntan vías para la resolución de los problemas derivados de este carácter plurilingüe.
La ciudad multilingüe
La lengua histórica de la ciudad se ha reintroducido en ámbitos institucionales pero aún debe recuperar la proximidad. El castellano domina el sistema comunicativo y funciona como instrumento de relación entre los barceloneses de nacimiento y los de adopción.
La lista de las lenguas más habladas en Barcelona evidencia que las lenguas son transfronterizas y que la diversidad lingüística es la norma. El hecho puede facilitar los intercambios y constituye un activo más del futuro económico de la ciudad.
La globalización ha impulsado la movilidad y el intercambio cultural en todo el mundo. En Cataluña se hablan más de trescientas lenguas. Barcelona, que aglutina gran parte de la inmigración que llega al territorio, se ha convertido en un mosaico muy diverso de culturas y lenguas.
Aunque el catalán es la principal lengua vehicular en las aulas catalanas, la presencia del castellano dista mucho de ser anecdótica. El uso o no del castellano como herramienta docente no se deriva de un proyecto explícito, sino más bien de la combinación de las preferencias personales de algunos docentes y alumnos.
Aprobada al inicio de la Conferencia Mundial de Derechos Lingüísticos que se celebró en la Universidad de Barcelona, la declaración proclama unos derechos equitativos sin diferenciar tipos de lenguas y considera inseparables las dimensiones colectiva e individual de estos derechos.
En círculos catalanistas corría el mito de que el ombligo de la catalanidad se hallaba por las colinas del Ampurdán. Yo me permito sugerir que está en Barcelona, en cualquier plaza donde los niños, al salir de la escuela, jueguen y se persigan… en catalán. Donde una lengua tan maltratada por la historia está, pese a todo, muy viva.
La sostenibilidad lingüística reconocería el hecho –a menudo ineluctable– del aumento del plurilingüismo y de la intercomunicación, pero a la vez reclamaría las condiciones necesarias para garantizar la continuidad y el desarrollo de los diferentes grupos lingüísticos.
Las grandes innovaciones se dan en sociedades que han sabido incorporar las aportaciones de otras culturas, que han aprovechado la llegada de otros grupos para transformarse y potenciar su creatividad.