¿Por qué San Esteban solo se celebra en Cataluña?

Los catalanes hacemos una gran comida el día de Navidad, con manjares deliciosos, neules, turrones, villancicos y versos. Y, al día siguiente, que es San Esteban, repetimos. ¿Pero por qué San Esteban es una fiesta tan arraigada en nuestra casa y, en cambio, no se celebra en el resto del Estado español? El librito Celebrem el Nadal, de Amadeu Carbó, tiene la respuesta a este enigma y también a muchos más porque ha sido concebido para explicar el motivo de muchas costumbres y tradiciones navideñas.

Carbó explica que San Esteban es un hecho singular del calendario catalán que nos liga con nuestro pasado carolingio. En el siglo IX la Cataluña Vieja pertenecía al imperio fundado por Carlomagno y dependía del obispado de Narbona, a diferencia del resto de la península Ibérica cristiana, dominada por los godos y que tenía por referencia el obispado de Toledo. Eso hacía que los conceptos de familia fueran diferentes: el carolingio era muy extenso, como un clan, y cuando había alguna festividad importante había que desplazarse a la casa solariega.

Este es el caso de la Navidad, la fiesta más importante del calendario religioso, y que reunía a toda la familia en torno al hogar. Y como en la Edad Media los desplazamientos solían ser largos, con oscuridad intensa y medios precarios, la gente necesitaba tiempo para volver a casa al día siguiente. Por lo tanto, inicialmente el día de San Esteban era una jornada en la que no se trabajaba, que no es exactamente igual que hacer fiesta. Ya lo explica exactamente el refranero: ‘Por Navidad, cada oveja en su corral / por San Esteban, cada uno en su casa’.

Y de aquí no sale únicamente el motivo por el que celebramos San Esteban: también se explica por qué los catalanes hacemos fiesta el lunes de Pascua Florida y el de Pascua Granada, las tres fiestas más señaladas del calendario religioso. Además, esta costumbre nos liga con el resto de Europa, porque también ha perdurado en más lugares que quedaron bajo influencia carolingia y que, con el paso de los siglos, se han acabado convirtiendo en los principales estados europeos.