Colección de pistolas catalanas
Colección de pistolas catalanas
La administración borbónica instaurada a partir de 1714, al finalizar la Guerra de Sucesión, prohibió a los catalanes el uso y posesión de armas, pero en lugar de suprimir su producción, estableció una serie de medidas encaminadas a abastecer al ejército.
Para controlar su fabricación se planteó la concentración de armeros en un número reducido de municipios. En este contexto, la localidad de Ripoll se convirtió en el centro de fabricación de cañones de armas de fuego más importante de Cataluña y, en algún momento del siglo XVIII, de toda la península.
Más allá de la producción exclusiva por parte del ejército, era necesario suministrar armas a los nuevos miembros de la administración y seguidores del nuevo régimen, que quedaban al margen de la prohibición general. Además de las escopetas y los trabucos, destacó la producción de pistolas de retrocarga, siendo las más comunes las ballestas -que se llevaban en la silla del caballo-, las pistolas de bolsillo y las hondas.
La colección de pistolas del Museo incluye un total de 26 ejemplares, ocho de las cuales son de fabricación catalana de la época descrita y en algunos casos llevan la marca del maestro armero que las produjo.