historia
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Los orígenes del Museo Frederic Marès se remontan a 1946. Dos años antes, en 1944, había tenido lugar la primera presentación pública de la colección Frederic Marès, en la sede del actual Archivo Histórico de la Ciudad, en plena Barcelona romana y gótica: escultura medieval y barroca, relojes, relicarios, libros incunables y toda una serie de objetos que guardaba en su estudio de la calle de Mallorca. En su momento ya anunció su deseo de ofrecer la colección a la ciudad de Barcelona. En aquel momento, Frederic Marès tenía cincuenta y un años. Lo notamos porque murió casi a los noventa y nueve años, lo que le permitió aumentar notablemente sus colecciones. Sólo dos años después, en 1948, se inauguró la que podemos considerar como la primera sala del Museo, instalada en el primer piso de un edificio de la calle dels Comtes.
En la Edad Media, en este edificio, junto con otros cercanos, existieron algunas dependencias del Palacio Real de los Condes de Barcelona. En los años 40, el Ayuntamiento decidió instalar allí el Museo con el fin de integrarlo en el entonces llamado Barrio Gótico, el núcleo medieval de la ciudad, situado en torno a la catedral, que a partir de 1929 -año de la Exposición Internacional- comenzó a recuperarse como centro histórico de la ciudad.
A partir del momento en que el Museo ya no pudo ampliarse por falta de espacio, Marès inició una política que podríamos llamar "descentralizadora". Dona a otros museos o crea otros nuevos. Entre las donaciones hay que considerar las realizadas al Museu de l'Empordà de Figueres, al Museo de Historia de Sabadell y al Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Y, en cuanto a la creación de nuevos centros museísticos, cabe destacar el Museo Frederic Marès de Montblanc, el Museo Arenys de Mar y el Museo del Libro Frederic Marès, en la Biblioteca de Cataluña de Barcelona.
En 1997, el propio Museo elaboró un proyecto museográfico para adaptarlo a las necesidades del siglo XXI. En abril de 1999 se inauguraron las obras de la primera fase de remodelación, que afectaron a la planta baja dedicada a la escultura y supusieron la apertura de una sala de exposiciones temporales que hasta entonces no existía. Durante la segunda fase, finalizada en 2001, se remodeló la sala de esculturas en piedra situada en la planta sótano.
En la tercera fase de este proyecto museográfico finalizado en 2011, se remodeló el primer piso al tiempo que se completaba la presentación de las colecciones de escultura y los principales elementos arquitectónicos que conectan las diferentes plantas del Museo.