Madre de Dios con el Niño
Madre de Dios con el Niño
Desde el modelo románico de la Virgen sentada, majestuosa y distante que encontramos en las primeras salas del museo, en el gótico María es representada como mujer y como madre.
Esta pieza de excelente calidad muestra a la Virgen ligeramente inclinada hacia su lado derecho debido al peso de su niño. Él, sentado en el antebrazo de su madre, tiene un pajarito en sus manos. La representación de la Virgen y el Niño en el gótico es más natural y tierna y se aleja completamente de la del románico, en el que la Virgen permanece rígida y estática, simplemente como un trono para el niño. Aquí vemos la relación amorosa entre ambos, quienes están sonriendo.
Esta escultura está atribuida al escultor y orfebre barcelonés Pere Moragues, uno de los artistas góticos más destacados de los territorios de la Corona de Aragón. Es una pieza realizada durante la primera etapa de su carrera profesional, entre 1355 y 1360. Procede de Cervera, donde se encontraba en la iglesia del convento de Sant Francesc de Paula.
Merece especial atención la piedra en la que fue esculpida: el alabastro. Este material, dúctil y fácil de trabajar, fue el favorito de los escultores catalanes de los siglos XIV y XV, que supieron aprovechar sus posibilidades cromáticas.
La restauración de la escultura ha puesto de manifiesto la pérdida de la corona original, que fue sustituida posteriormente por otra de metal, que tampoco se conserva.
Frederic Marès compró esta obra al coleccionista barcelonés Soler i March junto con el sepulcro realizado por el taller de Ferrán González que pudimos ver en la sala 12.