Políptico de Nuestra Señora de la Soledad
Políptico de Nuestra Señora de la Soledad
Esta pieza se atribuye a un pintor anónimo de la escuela de Brujas conocido como el Maestro de la Santa Sangre por ser el autor del tríptico del Descendimiento conservado en el Museo de la Sangre de Brujas. Se trata de un políptico, es decir, un retablo formado por varios compartimentos articulados. Las once tablas que lo componen, una vez abiertas, hacen referencia a la Siete Dolores de la Virgen .
De izquierda a derecha podemos identificar: el profeta Jeremías; la Circuncisión; la Huida a Egipto; Jesús entre los médicos; Jesús camino al Calvario; la Virgen de la Soledad, que representa a María tras la muerte de Jesús, sola y en actitud de recogimiento; la Crucifixión; Piedad; el Santo Entierro; San Juan Evangelista y el profeta Salomón. Las cuatro puertas tienen cuatro figuras en el exterior. En los dos centrales: el Ecce Homo -o Cristo azotado y con corona de espinas- y la Virgen de rodillas; en los dos extremos: la Magdalena y San Juan Evangelista, identificado como patrón del donante arrodillado a sus pies. Suponemos que fue este religioso quien encargó y financió la obra, cuyo destino desconocemos. Como es habitual, la decoración exterior de las puertas se realiza en escala de grises, técnica en la que se utiliza exclusivamente la gama de blancos, grises y negros para imitar el efecto del bajorrelieve.
Su curiosa arquitectura de perfil curvilíneo en la zona central no tiene paralelo conocido en la pintura flamenca, lo que dificulta definir cuál fue su ubicación original. La obra fue pintada entre 1520 y 1525. Considerando el estilo pictórico y el tipo de vestimenta de los personajes, muestra la influencia de Quintin Massys, quien incorporó en Flandes el esfumado introducido en Italia por Leonardo da Vinci y que consiste en crear un efecto vaporoso para dar mayor profundidad y distancia a la escena.