Proyecto para el monumento a Francesc Soler i Rovirosa
Proyecto para el monumento a Francesc Soler i Rovirosa
Frederic Marès, además de un gran coleccionista, fue un destacado escultor. Su obra, presente en las calles y plazas de Barcelona, también se puede admirar en su Estudio-biblioteca, donde se exponen algunas de sus esculturas donadas al museo en 1988.
Esta escultura de mármol es el modelo de la figura principal del monumento dedicado a Francesc Soler i Rovirosa. Tras la finalización de esta obra, Marès se consagró como escultor público. No sólo fue consagrado frente al mundo artístico, sino que además este monumento pasó a formar parte de la historia de la escultura conmemorativa de la ciudad.
El monumento es un homenaje al escenógrafo catalán Francesc Soler i Rovirosa, fallecido en 1900, que fue el gran innovador de la escenografía española. Las instituciones artísticas de la ciudad confiaron este proyecto a Frederic Marès sin convocar concurso, mediante suscripción pública para financiar los gastos de la obra, y dándole libertad temática. Esto nos da una idea del prestigio que tenía el escultor ya entonces. Tres años más tarde se inauguró el monumento en el jardín -entonces llamado de la Reina Victoria- de la Gran Vía de les Corts Catalanes de Barcelona.
es muy sencillo: consta de un pedestal con un medallón sobre el que se encuentra la efigie de Soler y Rovirosa, sobre el que reposa una figura femenina que sostiene una rosa y parece ofrecerla al artista homenajeado como símbolo de triunfo e inmortalidad. La figura representa los atributos de la mujer novecentista, de líneas clásicas y serenas. Desde el punto de vista formal, se aleja de los estándares típicos de los monumentos conmemorativos: relega al homenajeado a un segundo plano -representado dentro de un medallón- para mostrar a través de esta figura alegórica su reconocida labor artística.
Notarás que en la misma sala se exhiben varias versiones de esta obra en otros materiales.