
Los disgustos del amor y de la vida bajo una capa de comicidad
Katie Mitchell dirige la ópera Ariadna auf Naxos, con música de Richard Strauss y libreto de Hugo von Hofmannsthal.
En Ariadne auf Naxos, estrenada en 1912 en Stuttgart, encontramos pinceladas de Mozart, de Wagner y de Schubert. Su compositor musical, no obstante, es Richard Strauss, y la historia parte de Le Bourgeois Gentilhomme de Molière. El libreto lo escribió Hugo von Hofmannsthal, que de este modo firmaba su tercera colaboración con Strauss, después de Elektra y Der Rosenkavalier. Y aún más grandes nombres propios de la historia de las artes escénicas: Ariadne auf Naxos trata el mundo de la ópera dentro de la ópera, como haciendo un guiño a Pirandello, que hablaba del teatro dentro del teatro. A partir del 26 de septiembre se podrá ver en el Gran Teatre del Liceu una adaptación de este título dirigida por Katie Mitchell, versión que tiene entre otros intérpretes a Maik Solbach, Miina-Liisa Värelä, Samantha Hankey, Nikolai Schukoff, Josep Fadó y Roger Padullés. Josep Pons es su director musical.
A la ópera de Strauss, se le han puesto adjetivos como "impertinente" pero también "irresistible". Toca con comicidad los disgustos que puede dar el amor y, en general, la vida. Narra la historia del hombre más rico de Viena, que encarga una ópera seria a un joven compositor y también invita a un grupo de actores de la comedia del arte. Pide que los dos espectáculos tengan lugar al mismo tiempo, mientras se establece un debate de fondo entre fidelidad en oposición a metamorfosis, y la frívola Zerbinetta intenta convencer a la trágica Ariadne que los hombres son todos iguales e incluso intercambiables.
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