La historieta como arma de lucha social

Butifarra! El còmic dels barris (1975-1987)

  • Varios autores. Selección de
  • materiales y coordinación de Pepe Gálvez y Lluís Recasens
  • Ayuntamiento de Barcelona, FAVB y Edicions Clariana, SL
  • 261 páginas
  • Barcelona, 2015

Se cumplen cuarenta años del nacimiento de la revista satírica Butifarra!. Por este motivo, el Ayuntamiento de Barcelona y la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB) han publicado una obra coral que hace justicia a una cabecera que destacó entre las revistas gráficas de entonces. Pepe Gálvez y Lluís Recasens, “l’Avi”, han coordinado los diferentes apartados de este magnífico volumen que, desde una buena selección de textos y mucho material gráfico, recupera la memoria de un medio y de un equipo de dibujantes y guionistas de cómic que pusieron su talento al servicio de los movimientos sociales de los barrios de la ciudad en los años de la transición política, continuando la tradición de las publicaciones satíricas catalanas interrumpida por la Guerra Civil y la dictadura.

En el primer bloque, unos cuantos artículos nos sitúan en diferentes contextos: los precedentes más notables dentro de la prensa satírica catalana –a cargo del periodista y crítico de arte Josep M. Cadena–, los primeros pasos de la historieta para adultos –artículo firmado por el historiador del cómic y guionista Antoni Guiral–, el humor gráfico que se hacía en España a finales del franquismo –según el crítico y guionista Pepe Gálvez– y el contexto social y político del año 1975 –explicado por Carles Prieto, expresidente de la FAVB. Era un tiempo en el que en Barcelona nacía con fuerza “el movimiento de las asociaciones de vecinos, reflejo de la reaparición de los movimientos sociales populares y, a la vez, de las luchas urbanas que ayudan a recuperar espacios y fomentan la participación”, según Andrés Naya. Entonces dibujantes, guionistas y vecinos “estaban en el mismo lado de la trinchera” y los dibujantes de historietas, en el caso de Butifarra!, hacían de periodistas, con el material gráfico como protagonista.

En el segundo bloque se explican las diferentes etapas de la publicación, una historia repleta de cambios, vicisitudes y convulsiones empresariales. Es aquí donde aparecen los nombres del gran número de autores que denunciaban a través de Butifarra! la situación de los barrios. Y que aparezcan aquí también hace justicia, ya que muchas veces historietas, dibujos y textos no iban firmados para evitar represiones.

Así, en la primera etapa, Butifarra! es un cómic de información y agitación en los barrios, una plataforma de expresión de asociaciones y entidades populares. Con ayuntamientos y Parlamento constituidos democráticamente, la revista, con ganas de incorporarse al debate político con voz propia, evoluciona hacia una historieta hecha al servicio de las clases emergentes.

En 1979 se abandona la fórmula de revista y publican El urbanismo feroz, el primero de una serie de álbumes trimestrales de tema único. El nuevo formato se aleja de la política directa y trata el capitalismo cotidiano. En 1987 aparece el último álbum, El patio trasero. Con el tiempo, el equipo de la revista se había convertido en una especie de agencia gráfica a disposición de las entidades que luchaban por mejorar las condiciones de vida de la población. Al final del libro se repasan las denominadas “hijas de Butifarra!”, publicaciones que surgieron de su empuje. Como se dice en el libro, “la historia de Butifarra! continúa viva, y habla de un tiempo y de una realidad”.

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