Con el objetivo de mejorar la capacidad de reacción y de respuesta de la ciudad ante futuras adversidades, el gobierno municipal puso en marcha un plan estratégico. Barcelona ha sido la primera ciudad del mundo en crear un departamento de resiliencia urbana.
Preparados para la adversidad
El concepto de resiliencia no se limita a la virtud de encajar la adversidad y sobreponerse, sino que también incluye la capacidad de sacar un rendimiento positivo de la desgracia.
Taleb acuñó el término “antifrágil” al constatar que hay cosas que se benefician de los impactos que reciben. Son fenómenos que crecen o prosperan cuando se ven expuestos a la volatilidad, el azar, el desorden, el riesgo o la incertidumbre.
El Departamento de Resiliencia Urbana se ha propuesto integrar toda la información funcional de la ciudad para prevenir o mitigar incidencias o accidentes que puedan tener un impacto negativo en el curso normal de la vida de los ciudadanos.
La Fundación Rockefeller ha seleccionado a Barcelona, entre más de 330 candidaturas, como una de las 35 nuevas ciudades que se incorporan a la red de ciudades resilientes 100RC.