El Santet del Poblenou, un culto popular que hace 119 años que dura

En el cementerio del Poblenou hay una tumba más concurrida que el resto: el nicho 138 de la isla 4.ª de esta necrópolis modernista está lleno de velas, flores y todo tipo de exvotos: fotografías, notas manuscritas, chupetes, figuritas de porcelana… En ella descansa Francesc Canals i Ambrós, un joven fallecido a los veintidós años el 27 de julio de 1899 y que es conocido popularmente como el Santet del Poblenou. Es un ejemplo de culto popular que ha perdurado desde la muerte del joven y ha vivido momentos culminantes.

Se saben pocas cosas de la vida de Canals, cargada de leyendas y mitos. Nació en Ciutat Vella y era hijo de un vendedor de esteras ciego. A los catorce años entró a trabajar de dependiente en los grandes almacenes El Siglo, en La Rambla. Se ganó la fama de buena persona y dicen que siempre hacía obras de caridad. También era conocido por la capacidad de predecir el futuro: explican que acertó su muerte y el incendio de los grandes almacenes El Siglo, que finalmente quemaron unas cuantas décadas más tarde, el año 1932.

Tampoco se sabe exactamente de qué murió, pero posiblemente fue de tuberculosis. Sí que se sabe cómo empezó el culto en torno a su tumba justo después de su muerte. Lo iniciaron sus compañeras de trabajo en los grandes almacenes y las floristas de La Rambla porque se extendió la costumbre de irle a llevar el ramo de flores de novia después de la boda. Por eso adquirió fama de curar los males de amores y la infertilidad. Y como la leyenda también explica que después de su muerte a su padre se le curó la ceguera, mucha gente le pide ayuda en aspectos relacionados con la salud.

Con el paso de los años el culto popular no ha parado de crecer: el año 1908 había tanta afluencia que el Ayuntamiento de Barcelona trasladó su tumba a un espacio más grande y accesible. También se colocó un cristal delante de la tapa del nicho, que es por donde todavía hoy en día los devotos hacen pasar las ofrendas. Y como prueba del seguimiento de esta tradición, hay que decir que Cementerios de Barcelona retira el cristal un par de veces al año para hacer limpieza de los centenares de exvotos que hay. Esta costumbre también ha inspirado varias obras: el Archivo Histórico del Poblenou ha hecho estudios sobre los ilustres difuntos del cementerio y también hablan de ello las novelas de inspiración gótica Habitaciones cerradas, de Care Santos, y Retrum, de Francesc Miralles.