Las obras se ejecutarán en todo el tramo de la Rambla, desde la calle Portal de Santa Madrona hasta la plaza de Caalunya. Esto ha permitido reducir el plazo de duración de las obras, si se compara con el tiempo que hubiera sido necesario si la obra se hubiera ejecutado por tramos.

Es importante señalar que durante todo el período de obras, la Rambla únicamente tendrá un sentido de la circulación de subida, desde Colón hasta plaza de Catalunya, es decir, sentido montaña.

No habrá circulación en sentido mar, es decir, desde la plaza de Catalunya hasta Colom, que se prevé que se realice por la Via Laietana.

La obra se divide en tres fases de ejecución:

1ª FASE. Obras en la calzada y acera de la banda Besòs (la que da a la parte del Gòtic). Durante esta fase, que tendrá una duración aproximada de diez meses, los vehículos circularán únicamente de subida, en sentido a plaza de Catalunya, por la calzada que da al barrio del Raval.

2ª FASE. Obras en la calzada y acera de la banda Llobregat (la que da al lado del Raval). Esta fase durará también diez meses. La circulación de vehículos se hará por la calzada de subida, en dirección a plaza de Catalunya, que habrá quedado terminada en la fase anterior (la parte de Gòtic).

3ª FASE. Obras en el tronco central de la Rambla durante aproximadamente doce meses. El tronco central se trabajará por mitades (mitad Raval y mitad Gótico alternativamente) para garantizar siempre el flujo de peatones por el paseo central.

Para desarrollar la obra hay dos empresas adjudicatarias, una de las cuales tiene asignada la del ámbito que va desde la calle Portal de Santa Madrona hasta, aproximadamente, a la altura del teatro del Liceu y, la otra, desde este punto y hasta la plaza de Catalunya.

Se trata de una obra muy significativa, en un espacio muy emblemático de la ciudad, que inevitablemente producirá molestias en el vecindario, comerciantes, peatones y en la ciudadanía en general. El Ayuntamiento de Barcelona trabajará en todo momento para minimizar y reducir siempre que sea posible estas molestias.

Según avancen las obras, se irán liberando y abriendo los espacios.

El acceso a las viviendas y comercios de la Rambla quedará totalmente garantizado

• Los vados pueden sufrir cortes puntuales que serán debidamente informados.
• La carga y descarga quedará restringida a los espacios habilitados a tal fin.
• La circulación de vehículos de la Rambla quedará restringida a un único sentido de circulación (ascendente), por lo general. Se darán a conocer los itinerarios necesarios para llegar a localizaciones concretas.
• Hay afectaciones en las líneas de bus.
• La parada de metro de Liceu no se verá afectada por las obras y el servicio permanecerá operativo.

Los hallazgos arqueológicos en la reurbanización de la Rambla

Las obras, que avanzan a buen ritmo, han incorporado un riguroso proceso de control arqueológico que ha permitido recuperar información relevante sobre la configuración histórica de la ciudad.

Durante los movimientos de tierras se han localizado estructuras de gran valor patrimonial, como tramos de la muralla medieval, restos de torres del Portal de la Ferrissa, pilares vinculados a la antigua Foneria de cañones y elementos del sistema defensivo de la ciudad. Estos hallazgos, supervisados ​​por el Servicio de Arqueología de Barcelona y el Servicio de Patrimonio Cultural de la Generalitat, han requerido una documentación exhaustiva y, en algunos casos, una ampliación de las cotas de excavación para garantizar su correcta interpretación y conservación.

Este contexto ha motivado una adaptación del calendario para compatibilizar la preservación del patrimonio con el avance de la reforma. El 17 de noviembre se inician los trabajos de urbanización en distintos ámbitos del tramo central del paseo, mientras se mantienen las tareas arqueológicas en puntos específicos. El resto de ámbitos centrales empezarán en febrero de 2026, con el horizonte de finalización global en febrero de 2027.

Con esta planificación, el Ayuntamiento garantiza la protección del legado histórico y el cumplimiento de los plazos, minimizando las afectaciones sobre el tejido comercial y vecinal. La Rambla avanza hacia una nueva etapa: un espacio más seguro, verde y accesible que preserva la memoria y refuerza su función ciudadana.