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Refugios climáticos. Escuela Llorers

Once escuelas de la ciudad se han convertido en refugios climáticos, un proyecto que ha recibido la financiación del programa Urban Innovative Action (UIA), de la Comisión Europea, orientado a «adaptar escuelas al cambio climático a través del verde, el azul y el gris» y que plantea intervenciones con medidas azules (incorporación de puntos de agua), verdes (espacios de sombra y vegetación) y grises (actuaciones sobre los edificios para mejorar su aislamiento). 

En estas escuelas se han transformado los espacios exteriores, en un proceso colaborativo entre administraciones, entidades y escuelas, con proyectos pedagógicos con los niños de cada centro para decidir las actuaciones concretas. Estas actuaciones verdes, azules y grises han permitido recuperar unos 1.000 m2 de suelo natural con vegetación en los patios de las escuelas, en sustitución del hormigón, y se han creado 2.213 m2 de nuevos espacios de sombra con pérgolas y toldos. Además, se han plantado un total de 74 árboles, los que hay en dos manzanas enteras de L’Eixample, y se han instalado 26 nuevos puntos de agua.

La definición y el seguimiento de estas medidas estarán incluidos en el proyecto educativo del centro, que trabajará principalmente la información y la formación sobre el cambio climático.

El objetivo es que estos espacios no solo sirvan para el alumnado de la escuela, sino también para toda la ciudadanía del entorno, que podrá acceder a los patios en periodo no lectivo. Todos los cambios serán monitorizados desde la perspectiva de la salud y el bienestar, de manera que se pueda evaluar el impacto conseguido en parámetros ambientales, de salud y bienestar. También se busca que, a través de estas actuaciones, la ciudadanía y la comunidad escolar conozcan la necesidad de impulsar medidas para adaptar la ciudad al cambio climático y que sean unas medidas igualmente aplicables en otros edificios, sobre todo escuelas.