Urbanismo y género

Ilustración: Susanna Martin

Ilustración: Susanna Martin

¿Hemos pensado alguna vez qué uso prioritario damos a la ciudad y al espacio público? Hombres y mujeres utilizan la ciudad de manera diferente: los hombres se desplazan más por motivos ocupacionales (19,4 %) y las mujeres mayoritariamente por razones familiares (15,6 %) y en segundo lugar ocupacionales.

Históricamente, las calles y los transportes de las ciudades se han pensado poniendo el foco en el mercado laboral y en la economía más que en los servicios públicos, las tiendas, las escuelas o los centros de asistencia primaria, entre otros. En este contexto, el urbanismo para la vida cotidiana pretende dar la vuelta a este modo de organizar el espacio en función casi exclusivamente de la productividad y repensarlo o cambiarlo para volver a un uso humano de la ciudad. El Ayuntamiento se propone este reto desde una perspectiva igualitaria con base feminista. La estrategia incluye actuaciones dirigidas, por un lado, a evitar que las mujeres sufran discriminaciones y, por otro, a equilibrar la participación de mujeres y hombres: por ejemplo, facilitando que las tareas de cuidados no recaigan solo ni sobre todo en las primeras.

En las páginas siguientes se exponen los principales problemas que se precisa abordar con este objetivo, en los ámbitos de la movilidad, el trabajo, la seguridad y la lucha contra la feminización de la pobreza y la gentrificación. El cambio de paradigma a favor de una ciudad cuidadora se halla en los artículos firmados por Sara Ortiz, Blanca Valdivia, Clàudia Rius, Carla Alsina, Socorro Pérez Rincón, Esther Fernández Cifuentes, Zaida Muxí y Gerardo Santos.

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