“Un lugar que estimula la creatividad es un lugar abierto a la creatividad de todos y no solo a la de los técnicos o creativos”, sostiene Richard Florida. Para el autor de The Rise of the Creative Class, la apertura es un factor clave del crecimiento económico.
Richard Florida (Newark, Nueva Jersey, 1957) es profesor de Teoría Económica y Social en la Universidad de Toronto, y actualmente se le considera uno de los intelectuales más influyentes en Estados Unidos. Florida acuñó el concepto de “clase creativa” en su ensayo fundacional, The Rise of the Creative Class, en el que sostiene que las clases creativas son clave en el crecimiento económico y la vitalidad urbana de las ciudades. La prosperidad de un lugar es directamente proporcional a la densidad de personas creativas que viven en él. Según Florida, las clases creativas eligen la ciudad de residencia más en función de los niveles de tolerancia y el atractivo cultural que en función del mercado laboral.
Richard Florida, uno de los pioneros en el diseño de la nueva cartografía geoeconómica del siglo XXI, sostiene que el crecimiento y la innovación en el siglo XXI provendrán de las megarregiones y de los nuevos corredores urbanos. En Las ciudades creativas (Paidós, 2009), afirma que Barcelona es el epicentro de la undécima megarregión del mundo, que abarca el arco mediterráneo, un eje de actividad económica que no se puede circunscribir a los límites de un Estado. Florida lo llama el eurosunbelt, el cinturón europeo del sol: se extiende desde Alicante hasta Lyon, con tres ciudades que la vertebran: Lyon-Barcelona-Valencia. Según Florida, en el futuro las megarregiones serán más determinantes que las megápolis, y las redes de ciudades más relevantes que las fronteras de los estados. Más allá de su atractivo turístico, la gran oportunidad de negocio de Barcelona se encuentra en la transformación del puerto en la vía de entrada del comercio asiático con destino a Europa.
Marta Marín-Dòmine ha conversado con Richard Florida sobre todas estas cuestiones y también sobre el concepto de marca aplicado a las ciudades, dado que en este número de Barcelona Metròpolis centramos el dossier principal en la marca Barcelona. Florida sostiene que “una marca ha de reflejar la autenticidad del lugar. Un enfoque de arriba abajo solo funciona cuando la marca captura la peculiaridad y el alma de la ciudad.”
A lo largo de la historia, los grupos que conforman lo que usted considera “talento creativo” (artistas y bohemios) han sido decisivos a la hora de fomentar todo tipo de disensiones contra el poder y la dominación política. ¿Cómo ve esta fuente potencial de disidencia en el proceso de regeneración de las ciudades?
El talento creativo que proviene de artistas y bohemios siempre ha sido la fuerza impulsora de las ciudades. La capacidad de una ciudad para desarrollar un ecosistema que sea a la vez favorable y atractivo para el talento creativo es uno de los aspectos que definen la era creativa. Es importante recordar que la prosperidad económica tiene sus bases en la creatividad cultural, empresarial, cívica, científica y artística. Las ciudades que son receptivas a la introducción de nuevas perspectivas relacionadas con la situación social y las estructuras de poder son en última instancia las que prosperarán en la era creativa.
Los movimientos de resistencia en contra de lo que podemos definir de manera general como neoliberalismo, que han hecho su irrupción en ciudades como Barcelona y Madrid, han demostrado el poder creativo de las asociaciones de base y su voluntad de redefinir las relaciones entre barrios. Desde su punto de vista, ¿estos movimientos son positivos o negativos para la regeneración de las ciudades? ¿Cree que pueden llegar a ser un problema a la hora de atraer capital y posibilitar el crecimiento económico?
Desde mi punto de vista, no creo que esto sea un elemento negativo para Barcelona o Madrid. Siempre he afirmado que tenemos que crear ciudades que sean representativas y abiertas a todo el mundo. Un lugar que estimula la creatividad es un lugar abierto a la creatividad de todos y no solo a la de los técnicos o de los creativos. Mi mantra es muy simple: “Todo ser humano es creativo.” La creatividad no reconoce ni tolera las categorías sociales de raza, etnia, género, orientación sexual y otras que nos hemos autoimpuesto. La apertura es un factor clave del crecimiento económico, y no un simple complemento o añadido.
Si bien es cierto que muchas ciudades de la Europa occidental han atraído el turismo y el capital extranjero por razón de su riqueza cultural, también lo es que esta situación ha tenido un impacto negativo en la riqueza local. ¿Cómo se puede proteger la riqueza local para contrarrestar el impacto de los mercados globales? ¿Cuál debe ser el papel de la clase creativa en este proceso?
Hay mucha gente que piensa que lo más importante es la creación de comunidades ultramodernas, pero eso no es así. El factor fundamental para atraer talento es la creación y la construcción de comunidades sostenibles que sean representantes auténticas de los valores de una ciudad. Sabemos por nuestras investigaciones que los trabajadores creativos quieren y necesitan desarrollarse en ambientes que les permitan prosperar y expresarse libremente.
Como sabe, la conservación del patrimonio histórico es un factor clave en el debate sobre la renovación urbana, tanto en Europa como en Norteamérica. ¿De qué modo pueden beneficiarse el talento creativo y el crecimiento económico de la conservación de este patrimonio, conservación que a menudo se percibe como un obstáculo para la renovación de los centros históricos urbanos?
Del estudio reciente llevado a cabo por la organización Gallup sobre la satisfacción de los habitantes con respecto a los lugares, puede deducirse que tanto la estética como la idiosincrasia de un lugar son muy importantes. La conservación del patrimonio cultural puede desempeñar un papel importante en el mantenimiento del poder de atracción de un lugar. Los resultados de nuestra investigación indican que a una mayor consideración por la estética le corresponde un mayor nivel de satisfacción por parte de los habitantes de una comunidad. Los seres humanos tenemos necesidad de estar rodeados de belleza, buscamos lo que es auténtico, bello y singular en las cosas que nos rodean, especialmente en las comunidades y en los lugares en los que vivimos. Creo que la conservación del patrimonio histórico y cultural puede contribuir a hacerlo posible.
En su libro Cities and the Creative Class (2005), Barcelona aparece como centro de la undécima megarregión mayor del mundo. ¿Cómo la percibe hoy en día teniendo en cuenta la crisis económica que asuela el sur de Europa? ¿Qué retos debería asumir en los próximos veinte años?
Como centro creativo, los retos de Barcelona en el futuro son parecidos a los de otros centros urbanos, los propios de un entorno urbano en expansión: la congestión, el creciente décalage entre los que tienen y los que no tienen, etc. Una vez dicho esto, creo que su principal potencial es la capacidad de ofrecer un entorno creativo a todo el mundo. El reto más importante de la era creativa para ciudades como Barcelona es dar apoyo a los menos favorecidos y fomentar una comunidad sostenible y próspera para todo el mundo. Ello incluye no solo los trabajos creativos, sino también los sectores destinados a los servicios y a la producción. Como escribí en mi reciente libro The Rise of the Creative Class Revisited, creo que todos los trabajos pueden y deben ser creativos. Todos los trabajadores han de tener la posibilidad de potenciar al emprendedor que llevan dentro. De esta manera construiremos una economía más fuerte, mejoraremos la cohesión social y crearemos una demanda que puede ayudar a impulsar la economía.
Barcelona tiene una fuerte marca urbana cuyo atractivo proviene, entre otros, del clima y de la cocina mediterráneos, de la arquitectura de Gaudí, de su equipo de fútbol, de su barrio gay (Gaixample) y de ser la sede del Mobile World Congress. ¿Cree usted que tener una marca definida puede limitar sus posibilidades de renovación?
Una marca debe reflejar la autenticidad del lugar. Un enfoque de arriba abajo solo funciona cuando la marca captura la peculiaridad y el alma de la ciudad. En el caso de Barcelona, se trata de construir una reputación que sea inclusiva; una marca que acepta la creatividad y las diferencias y no que las rechaza. En tanto que uno de los centros más creativos del mundo, la ciudad tiene un aura que atrae a la gente creativa. La marca Barcelona ha de saber reflejar con vehemencia este aspecto.