Una ciudad biografiada

Barcelona. Una biografía

Autor: Enric Calpena

Editorial Destino. Colección Imago Mundi

Barcelona, 2015

La historia de Barcelona puede explicarse a través de sus documentos o a través de sus personajes, sus instituciones y sus piedras. Esto es lo que se nos propone mediante una narración de más de ochocientas páginas en la que el periodista Enric Calpena entrevista a Barcelona.

El periodista Enric Calpena se ha convertido, gracias a su labor de divulgación del pasado de Barcelona y Cataluña, en uno de los nombres propios de la literatura histórica actual. Con obras como esta da continuidad a iniciativas destacadas del siglo XX, como la serie Barcelona. Divulgación histórica, de Agustí Duran i Sanpere, que del éxito de la radio pasó al papel y se convirtió en una obra de referencia.

En Barcelona, una biografía, el autor consigue dar voz a una ciudad que durante más de dos mil años ha hecho de la ambición su principal rasgo de personalidad urbana. La historia de Barcelona puede explicarse a través de sus documentos, como el Archivo Municipal propició en el libro Autobiografia de Barcelona (2013), o, asimismo, a través de sus personajes, sus instituciones y sus piedras. Esto es lo que se nos propone mediante una narración de más de ochocientas páginas en la que el periodista entrevista a Barcelona.

El resultado es un ambicioso relato literario, bien documentado, de lectura amena, rico en anécdotas y en todo momento marcado por el estilo sin complejos de Calpena, que se muestra inclinado a las comparaciones extemporáneas para esclarecer hechos históricos a veces demasiado lejanos o incluso incomprensibles para el lector de nuestros días. Y, siempre, rezumando cariño por la ciudad natal.

La Barcelona que el autor perfila es la de una ciudad con una posición geográfica privilegiada en la costa catalana y, especialmente, entre los dos hitos del Mediterráneo antiguo occidental de Ampurias y Tarraco. Un enclave urbano cuya evolución se ilustra a través de las diferentes denominaciones que ha recibido a lo largo de la historia, desde la primitiva Barkeno hasta la Barcino romana transformada en la medina Barshaluna musulmana, la Barchinona cristiana y la Barcelona de los siglos bajomedievales y modernos, que entra en la modernidad marcada por el fuego y la destrucción de las guerras de Sucesión y de la Independencia. La aventura de la Barcelona contemporánea que ocupa los últimos capítulos traslada al lector prácticamente hasta nuestros días.

El objetivo, sin duda, no es ofrecer una visión exhaustiva, sino una invitación a disfrutar de la extraordinaria complejidad de Barcelona a través de los siglos. En muchos casos, el autor, que hasta ahora había centrado sus trabajos en temáticas más contemporáneas, presta más atención a episodios lejanos de la antigua ciudad romana o medieval que a la del siglo XIX y, especialmente, la del XX. Un ejemplo: se dedica la misma atención a las cortes del año 1413 que a los cuarenta años de dictadura franquista.

El resultado es una propuesta innovadora con la que, más allá de centrarse en la historia de la ciudad, tal como han llevado a cabo con gran éxito otros periodistas historiadores como Lluís Permanyer, Jaume Fabre o el añorado Josep Maria Huertas Claveria, Calpena amplía los horizontes hasta la historia catalana y, también durante los siglos más recientes, la española. No es un libro de historia urbana en sentido estricto, pero sí una buena obra de literatura histórica sobre el papel que Barcelona ha ejercido en la historia catalana y española.

Es, efectivamente, una ciudad que se hace querer, tal como afirma el mismo Calpena en el prólogo. El libro es un acto de amor hacia la ciudad y su pasado. Disponible en catalán (Edicions 62) y castellano (Destino), los editores también deberían considerar, como mínimo, las ediciones en inglés y francés. Barcelona se lo merece, y sus lectores potenciales, no cabe duda de ello, lo agradecerán.

En la ciudad infinita

La filla estrangera

Autora: Najat El Hachmi

Edicions 62

Barcelona, 2015

Najat El Hachmi ya había narrado su experiencia en dos obras anteriores. Si en El último patriarca hablaba sobre todo de la relación con un padre, en La filla estrangera se centra en la relación maternofilial.

Najat El Hachmi tiene el mérito de haber introducido un punto de vista inédito en la literatura catalana, e incluso diría en el conjunto de las literaturas ibéricas. Se ha erigido en una voz singular, capaz de explicar la experiencia de la nueva comunidad marroquí en nuestro territorio. A diferencia de otras tradiciones, la catalana no ha segregado, por razones obvias, una literatura poscolonial, pero la globalización y las nuevas migraciones sí han permitido integrar múltiples identidades y nuevas miradas en una sociedad literaria que, de otro modo, habría ido derivando a una visión muy etnocéntrica. Autores afincados en Barcelona como el inglés Matthew Tree, la checa Monika Zgustova, la afgana Nadia Ghulam, los franceses Grégoire Poulet o Mathias Énard son, con El Hachmi, algunos ejemplos de literatos que han proyectado la ciudad internacionalmente.

Najat El Hachmi ya había narrado su experiencia en dos obras anteriores. En la novela El último patriarca (premio Ramon Llull) sacudió a la sociedad literaria con un relato turbador, tanto por el mundo que afloraba por primera vez en nuestra literatura como por su eficacia literaria. Si allí hablaba sobre todo de la relación con un padre, en La filla estrangera se centra en la relación maternofilial. La autora narra la entrada en la vida adulta de una chica nacida en Marruecos, pero trasplantada y criada en una ciudad de interior de Cataluña,  que se esfuerza por emanciparse de la tutela de su madre. Esta hija sin nombre mantiene una relación leal y, a la vez, enfermiza con la madre, con quien habla una variante bereber. Escolarizada en catalán, la protagonista de la novela vive a caballo entre dos idiomas que acaban por convertirse en el campo de una negociación entre dos mundos, un campo de fuerzas que no solo afecta al entorno social de la chica, sino también a sus vínculos familiares, la relación con su cuerpo y su sexualidad. 

La gran virtud de La filla estrangera es la equidistancia que mantiene entre dos mundos y dos culturas que se superponen sin acabar de ser nunca idénticas. El Hachmi retrata de modo implacable los prejuicios y atavismos de la comunidad marroquí, pero también la estrechez mental y el paternalismo con que los catalanes han abordado la inmigración africana. Aquí no hay buenos ni malos. Todo el mundo se afana por ser quien es y se equivoca cuando juzga al otro. La filla estrangera es, en este sentido, una prueba de la importancia del género de la novela para entender la complejidad de la identidad y transformar la mirada de los lectores. Después de leer esta novela, ya no juzgarán con el mismo rigor a la mujer musulmana que circula con pañuelo por la calle.

La pregunta que plantea La filla estrangera es: “¿qué tengo que ser yo, con relación a mi origen?”. La protagonista encuentra en Vic una sociedad notablemente acogedora que le permite integrarse. Pero su experiencia acabará convirtiendo Vic en una extensión más de su prisión materna, y se verá obligada a romper las rejas y trasladarse a Barcelona. Para la protagonista, la gran ciudad se convierte en un espacio de liberación, tras los años de reclusión de Vic o de ahogo de Marruecos. “Me recuerdo andando sin descanso por unas calles enormes, tan largas que no se acababan nunca, y ser feliz de conocer la ciudad infinita”, confiesa. En una entrevista, El Hachmi explicaba: “Hay una gran diferencia entre vivir en comarcas o en una gran ciudad. A menudo se ve la gran ciudad como una liberación, pero no siempre es así. Los inmigrantes llegan y se instalan aquí agrupados en comunidades que ya vienen de origen […] Por lo tanto, se mantiene ese control social opresivo que sufre la protagonista”. 

La época dorada del circo

La història del circ a Barcelona.
Del segle XVIII a l’any 1979
Autor: Ramon Bech i Batlle
Viena Edicions y Ayuntamiento de Barcelona
Barcelona, 2015

El Ayuntamiento de Barcelona y Viena Ediciones publican la historia sobre la época dorada del circo en Barcelona en los siglos XIX i XX, un trabajo de Ramon Bech, estudioso del circo y cofundador de la Circus Arts Foundation.

La palabra circo la veo ligada a la niñez y a la llegada, por Navidad, de los circos de mayores o menores dimensiones que cada año se anunciaban como “el mayor espectáculo del mundo” y que todavía hoy visitan la ciudad. Si me preguntan cuándo llegó el circo por primera vez a Barcelona, antes de leer este libro no lo hubiera podido responder. El autor, Ramon Bech (Figueres, 1967), descubre los antecedentes más lejanos del arte circense en las compañías de volatines o equilibristas que actuaron en el Teatro de la Santa Creu el 12 de febrero de 1722.

Barcelona fue una gran capital del circo durante los siglos XIX y XX. Vivió su época dorada gracias a los numerosos establecimientos ambulantes y a la construcción de espacios fijos. Ramon Bech realiza un inventario de estos locales y dedica la parte central del libro a los tres edificios emblemáticos situados en el centro de la ciudad: el Circo Ecuestre Barcelonés de la plaza de Catalunya (1879-1895), el Circo Ecuestre del Tívoli (1897-1907) de la calle de Casp y el Teatro Circo Olympia de la ronda de Sant Pau (1924-1947). Otros espacios relevantes fueron las plazas de toros de las Arenas, el Torín (en la Barceloneta) y la Monumental. Y también hubo circos en el Paral·lel y en una explanada situada tras la Sagrada Familia.

Más de doscientas fotos y planos inéditos de circos, los programas de mano o retratos de los empresarios y los artistas nos transportan a un tiempo y unos espacios ya desaparecidos. Los materiales proceden en gran parte del archivo de la Circus Arts Foundation, entidad con sede en Figueres cofundada por Ramon Bech y Genís Matabosch. En su fondo destacan los ocho mil negativos y las libretas con apuntes del fotógrafo e historiador Josep Vinyes, un legado indispensable para elaborar este trabajo. También ha sido primordial la recuperación de los pocos –y poco reconocidos– cronistas circenses: Jordi Elias, Sebastià Gasch, Joan Tomàs y el ya citado Josep Vinyes.

Hasta ahora no existía ninguna historia del circo en Barcelona, más allá de El circo en la vida barcelonesa (1947), un pequeño libro de Antoni Rué Dalmau que también ha sido un punto de partida en el estudio de Bech.

Para reconstruir la historia del circo y elaborar esta crónica local hasta ahora única, el autor ha dedicado más de siete años de investigación. El resultado es un exhaustivo trabajo que alterna de modo ameno el material visual con los textos propios o los procedentes de las crónicas de la época, y donde, además de la historia sobre la construcción de los circos, encontramos curiosidades. Un hecho sorprendente es que el Teatre del Liceu acogió en sus inicios espectáculos de funambulistas o que el legendario espectáculo de Buffalo Bill se instaló en 1889 entre las calles de Aribau y de Muntaner. O la curiosidad y el rechazo a partes iguales que señalan algunos artículos sobre una trapecista llamada Bella Geraldine, que desataba pasiones entre el público masculino y la envidia de muchas mujeres.

Todo con el fin de rendir homenaje y documentar de la forma más cuidadosa posible desde los primeros espectáculos de equilibristas en el barrio de la Barceloneta y en el Teatro de la Santa Creu, pasando por los números de circo en otros géneros escénicos como el teatro y el music hall –que aparecieron a finales del siglo XIX y principios del XX–, hasta llegar a los años setenta del siglo XX, cuando Barcelona fue la primera sede del Festival Mundial del Circo en el Palacio de Deportes, entendido como una competición entre compañías.