Eva Julián: "Nos hemos olvidado del sonido"

La Fábrica del Sol ha entrevistado a Eva Julián, una experta en bioacústica para conocer como nos afecta al entorno acústico en el que vivimos.

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27/06/2020 - 21:15 h - Medio ambiente y sostenibilidad Joana Querol Periago

Eva Julián vive en Malgrat, es madre de un chico de 22 años y su vinculación con la naturaleza empezó de bien pequeña. Su infancia transcurrió en Andorra, en una escuela de la que se escapaba para ir al bosque, entorno en el que se sentía a gusto.

¿A que te dedicas actualmente?

Registro sonidos de la naturaleza. Desde hace más de 20 años me dedico a analizar estímulos sonoros para conocer como interactúan con nuestro equilibrio emocional. Después, utilizo este conocimiento para crear sensaciones sonoras personalizadas. También hago ambientación de espacios a partir de sonidos y últimamente he estado trabajando en aplicar estímulos sonoros a los propios ecosistemas naturales.

¿Qué es la bioacústica?

Es una técnica que estudia los sonidos de los seres vivos, es decir, personas, animales, plantas e incluso ecosistemas.

¿Podríamos decir que hay sonidos saludables?

Sí. El cuerpo humano tiene un ritmo propio biológico, sus células, sus glándulas… siguen un ritmo denominado ciclo circadiano. En la naturaleza también se produce el ciclo circadiano a partir de las variaciones de los sonidos y de la luz, que permiten mantener activo el equilibrio de nuestro reloj biológico sin necesidad de prestarles una atención constante.

¿Por lo tanto, también hay sonidos hostiles?

Sí, por ejemplo, los sonidos de alta intensidad, que pueden producir lesiones al oído, alterar el sistema nervioso o la producción de cortisol. Incluso, existen torturas basadas en el sonido o en su ausencia.

El sonido de una moto que pasa sin silenciador, los sonidos repetitivos con patrones rítmicos parecidos, el tráfico urbano, los sonidos de baja frecuencia y los sonidos de los aviones cuando aterrizan y se elevan son también sonidos hostiles.

La contaminación acústica provoca dificultadas de atención y concentración, irritabilidad, alteración de las fases del sueño e incluso puede afectar a la líbido y a la musculatura.

Los ultrasonidos, aunque muchas veces no los escuchamos, pueden llegar a provocar agotamiento, porque nos afectan biológicamente.

¿En la cotidianidad urbana, se pueden mantener entornos acústicos saludables?

Hay zonas en las que es complicado, porque hay mucho ruido del tráfico rodado u obras de construcción que traspasan los muros de los hogares. Habría que aumentar el verde en la ciudad ya que actúa de aislante del ruido y, además, promueve la biodiversidad.

Se tendrían que crear templos u hogares para la naturaleza dentro de la ciudad donde los vecinos y vecinas pudieran acudir a tomar baños de naturaleza sin la necesidad de salir del municipio.

¿Qué entorno acústico tiene Barcelona?

Varía dependiendo de la zona y de los barrios. La calidad sonora que tiene una persona que vive en la calle Aragón o en los alrededores no es la misma que puede tener otra que viva en entornos más pacificados, con menos vehículos. La gente que vive en la periferia tiene más oportunidades de oír el viento, los pájaros… o la gente que vive cerca del mar también tiene el placer de sentirlo.

A causa de la emergencia sanitaria causada por la Covid-19 nos hemos tenido que confinar en casa y la percepción de los sonidos ha cambiado. ¿Qué sonidos han tomado protagonismo? ¿Nos han aportado bienestar dentro del malestar?

Las dos semanas en que sólo estaba permitida la actividad esencial, sí que se notó un cambio importante en el sonido de nuestro entorno. El tráfico constante y la construcción, dejó paso al canto de los pájaros y al sonido del viento. De alguna manera, se podía oír la naturaleza más cerca, a pesar de no poder salir de casa.

Ahora, poco a poco, el ruido se va incrementando y eso es un inconveniente tanto para las personas como para el resto de los seres vivos que habitan en las ciudades, ya que muchos de ellos tienen que modificar su volumen a la hora de comunicarse, como es el caso de los pájaros. Eso tiene implicaciones negativas en su comportamiento, pudiendo llegar a afectar a sus mecanismos de defensa y causando agotamiento constante por el sobreesfuerzo que supone modificar el volumen.

Las opiniones expresadas en esta entrevista son a título particular y no necesariamente reflejan el posicionamiento institucional del Ayuntamiento de Barcelona.

Si queréis conocer otras entrevistas hechas por el equipo de La Fàbrica del Sol podéis consultar el apartado Faros de Sol.

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