Barcelona, marca catalana

Este año celebramos el decimosegundo aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Aquella efeméride impulsó la transformación de la ciudad con una renovación urbanística y arquitectónica que fue acompañada de beneficios de un valor más intangible. Barcelona cobró una nueva identidad como marca, y a partir de aquel momento a los catalanes nos fue mucho más fácil presentarnos ante el mundo.

Mercat San Antoni 1960

© Ritma / AFB
Vista aérea del mercado de Sant Antoni en 1960

Los que habían viajado al extranjero antes del año 1992 recordarán lo pesado y recurrente que resultaba a veces explicar Cataluña al mundo exterior. La inevitable referencia a los toros o al flamenco obligaba a dar un sinfín de explicaciones. Con los Juegos Olímpicos se comprobó que, paralelamente al mapamundi de países y capitales, también cotizaba el mapa intercontinental de las ciudades, y la cita olímpica hizo aflorar Barcelona como una marca de agua en esta constelación urbana global.

Mercat de Sant Antoni l’any 1960

© Ritma / AFB
Mercado del Born

A partir de aquel momento la cosa cambió. Si alguien nos preguntaba de dónde éramos, decir simplemente que veníamos de Barcelona simplificaba la conversación. De repente descubríamos que Barcelona era una palabra eufónica, de una cadencia prolongada y feliz, que llevábamos como una flor en los labios, una palabra de tan fácil pronunciación como Rambla, Gaudí o Picasso.

Mercat San Antoni

© Albert Armengol
Mercado de San Antoni en obras

Desde entonces la marca Barcelona se ha ido consolidando. Y no solo gracias a la marca olímpica, sino también por la marca arquitectónica del Modernismo; la marca gastronómica de chefs catalanes, como el Bulli, Santamaria, Roca o Ruscalleda; la marca literaria de Jaume Cabré o Ruiz Zafón; la marca tecnológica que nos da el Mobile World Congress, y sobre todo la marca de la Champions, con Messi y Guardiola como referentes. Pero todos sabemos que la marca no es un objetivo en sí mismo, ni nos podemos permitir hablar de Barcelona únicamente en términos de branding, dejándonos llevar por las fluctuaciones de la bolsa o la moda. En definitiva, aquel antiguo dicho catalán que reza “Barcelona és bona si la bossa sona” (Barcelona es buena si la bolsa suena), se podría traducir en términos actuales más o menos así: “Barcelona suena si la marca es buena”.

Mercat Santa Caterina

© Vicente Zambrano
Mercado Santa Carerina

Barcelona tiene hoy la oportunidad de capitalizar muchos valores. La cocina mediterránea es uno de ellos, y los mercados de Barcelona son uno de los motores de esta cultura alimentaria basada en el producto fresco de proximidad. Dedicamos este número de Barcelona Metròpolis a explorar pasado, presente y futuro de un modelo de mercados que se ha convertido en ejemplo para otras ciudades, que han venido a observar su funcionamiento para adaptarlo a sus necesidades.

Dedicamos también un dossier especial a la novela sobre Barcelona, que nos brinda un recorrido por la ciudad que es tan literaria como real, puesto que cada vez son más los turistas que llegan a ella con la idea fija de reconocer un paisaje urbano que han conocido de la mano de un escritor. La marca literaria de Barcelona ha vivido dos eclosiones literarias recientes, La sombra del viento, de Ruiz Zafón, y Yo confieso, de Jaume Cabré, ambos profusamente traducidos.

© Albert Armengol
Mercado el Ninot en obras

Pero la marca va siempre ligada a una identidad y a una historia. Y Barcelona debe actuar también como capital de la catalanidad. La modernidad, la innovación, la creatividad no están reñidas con la defensa de la identidad. En su Oda a Barcelona, Pere Quart le decía a la ciudad: “Escabellada, ronca, / perds la vergonya i la senyera, / però et guanyes la vida, / entre la mort i la follia.” [Despeinada, ronca / pierdes la vergüenza y la bandera, / pero te ganas la vida, / entre la muerte y la locura.] No es así como la queremos.

La marca es también un estímulo a nuestra autoexigencia. Esta revista lleva en su cabecera el nombre de Barcelona. Nos esforzaremos por estar a la altura que los tiempos reclaman.

Mercat de la Barceloneta

© Vicente Zambrano
Mercado de la Barceloneta

Marc Puig i Guàrdia

Director de Comunicación y Atención Ciudadana

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