Soledad, falta de estímulos, poca actividad... Son las sensaciones que experimentan a menudo las personas cuando se hacen mayores, pero ¿existe alguna manera de combatirlas? El proyecto ArtGran, impulsado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona, propone luchar contra ellas con las armas que ofrece la creación artística.
Todo sucede en los seis museos y centros de arte que han participado en las primeras experiencias de ArtGran que, según los primeros resultados, ha funcionado el mar de bien. La Agencia de Salud Pública implicó este año 2022 pasado a distintos espacios culturales barceloneses: el Museu Nacional d’Art de Catalunya, el MACBA, el CCCB, el Museo Picasso, CaixaForum y el Recinto Modernista de Sant Pau. En la experiencia colaboraron los servicios de atención primaria de Barcelona, el Institut Català de la Salut (ICS), los servicios sociales y las redes sociales y comunitarias de los barrios barceloneses.
Mediante esta red se detectó a un conjunto de personas susceptibles de sufrir soledad y falta de relación con otros conciudadanos y, tras ofrecerles visitar un espacio artístico, se ha constatado una clara mejora en su estado de ánimo y en su capacidad para realizar actividades diarias. El sentimiento de soledad entre los participantes, se ha visto reducido y estas personas mayores se han sentido “muy satisfechas” con la actividad, que les ha ayudado a salir de casa y a relacionarse con otras personas.
Dirigido a personas de más de setenta años, ArtGran ofrece una decena de sesiones, una por semana, que convocan a grupos de personas de un mismo barrio (entre ocho y doce). Acompañadas de un mediador o mediadora social, estas personas visitan un espacio o centro cultural y se les proponen actividades diversas relacionadas con lo que han visto. Todo termina con un diálogo sobre lo que los y las participantes han vivido durante el día.
La prueba piloto, que próximamente se extenderá a otras zonas de la ciudad, empezó en los barrios de Porta, Prosperitat, Guinardó, Baix Guinardó, Montbau, Vall d’Hebron, Gràcia, la Salut, el Camp d’en Grassot y Sant Antoni. Y en todos estos barrios, quienes visitaron en grupo museos y espacios culturales ofrecían respuestas más positivas a las preguntas que se les formulaban con la finaliudad de establecer su situación emocional.
Estos mismos participantes cambian después de las actividades la visión que tenían de los museos y la cultura, que ahora perciben como espacios mucho más amables y alentadores.