La iniciativa tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de los cuidados y el apoyo y su contribución clave a la consecución de la igualdad de género y la sostenibilidad de nuestras sociedades y economías.
Hablamos con Facundo Chávez, asesor en Discapacidad y Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos sobre el origen y objetivos de esta efeméride.
¿Cómo se origina la propuesta de promover un Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo? ¿Nos puedes explicar brevemente cuáles son los principales objetivos de esta iniciativa?
La agenda de cuidados y apoyos ya existe en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible, en el objetivo 5.4. Sin embargo, estuvo invisibilizado a nivel internacional hasta la pandemia de la COVID-19. Con el objetivo de revertir esta situación, y con el liderazgo de España y Chile, un grupo de países promovieron la Resolución 77/317 de la Asamblea General de la ONU que proclama el 29 de octubre como el día internacional de los cuidados y el apoyo.
Si bien estas resoluciones suelen ser procedimentales, esta tiene bastante contenido sustantivo. En breve, reconoce el trabajo no remunerado y el impacto desproporcionado en las mujeres y las pobres condiciones de trabajadoras y trabajadores del sector, incluidas personas trabajadoras migrantes; llama a promover y proteger eficazmente los derechos humanos de las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas adultas mayores; reconoce el apoyo como una herramienta central de la vida independiente en la comunidad de personas mayores y con discapacidad llamando a implementar medidas legales y servicios en el hogar y la comunidad para empoderar a esas poblaciones y garantizar su autonomía; reconoce los diversos contextos culturales y llama a su consideración en el desarrollo de sistemas de cuidados y apoyos, e invita a su observación por parte de estados, entre otras consideraciones
Según la Organización Internacional del Trabajo, en el 2015, había 2.100 millones de personas necesitadas de cuidados. De aquí al 2030, se prevé que el número de receptores de cuidados ascienda a 2.300 millones de personas. Solo en la ciudad de Barcelona, se estima que actualmente hay 355.000 personas que cuidan a otras de forma intensiva. ¿Los gobiernos están preparados para asumir esta necesidad de cuidados?
No. La crisis de los cuidados y el apoyo requiere soluciones sistémicas. Muchos países tienen prácticas aisladas, las cuales contribuyen a reducir o reconocer el cuidado y el apoyo, pero suelen ser insuficientes. Las prácticas en discapacidad u orientadas a personas mayores, mayoritariamente, no están en línea con los derechos humanos de estas poblaciones que son institucionalizadas en centros de atención social o en sus propios hogares. Esto tiene que cambiar. Hay medidas concretas que los estados pueden adoptar para establecer sistemas integrales de apoyos y cuidados: sistemas de gobernanza que faciliten la coordinación intersectorial y el monitoreo de políticas; medidas que reconozcan el trabajo de cuidado y apoyo no remunerado, principalmente hecho por mujeres y niñas, y la mejora de condiciones laborales en el sector; implementación de infraestructura y sistemas de protección social que reduzcan el tiempo de cuidado, como tecnologías de apoyo, servicios de apoyo como la asistencia personal, transporte accesible, vivienda y apoyos en el hogar, telecuidados, entre otros; establecer mecanismos de compensación de costos, como transferencias del Estado, subsidios, compensaciones tributarias, entre otros.
La desigualdad de género está presente en muchos ámbitos de nuestra sociedad. En el caso de los cuidados directos, no remunerados, las cifras hablan por sí solas: las mujeres realizan el 76,2 % de todo el trabajo de cuidados no remunerado, 3,2 veces más tiempo que los hombres, repercutiendo directamente en su salud y su incorporación en el mundo laboral. ¿Cómo plantea Naciones Unidas poder avanzar en la equiparación de estas cifras?
Principalmente con el liderazgo de ONU Mujeres, ONU Derechos Humanos, UNICEF y la OIT. Estos organismos han desarrollado múltiples guías y dan asistencia técnica a países que están desarrollando políticas para atender a la crisis de los cuidados. La Oficina de Derechos Humanos, por ejemplo, está trabajando en herramientas de autoevaluación de políticas públicas en apoyos y cuidados y promueve una perspectiva interseccional en el sistema internacional. Mientras la agenda cuenta con un amplio desarrollo desde una perspectiva de género, las perspectivas de edad, discapacidad y migración siguen siendo minoritarias.
En cuanto a las tareas de cuidado remuneradas, la economía del cuidado crece a medida que aumenta la demanda de servicios de cuidado de personas mayores y dependientes. Genera y generará un gran número de puestos de trabajo. Desgraciadamente, el trabajo en el sector de los cuidados en todo el mundo se sigue caracterizando por una profunda feminización y una presencia muy significativa de mujeres migradas, así como por la alta precariedad laboral que sufren las trabajadoras, debido en parte a que, en la mayoría de los casos, se lleva a cabo de manera informal. ¿El Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo busca también reducir esta desigualdad?
Sí, el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo tiene como objetivo visibilizar estas cuestiones. La feminización del cuidado y el apoyo es un problema, puesto que perpetúa estereotipos de género. Al mismo tiempo, es una fuente importante de trabajo de mujeres. Las tareas de cuidados deben distribuirse mejor entre hombres y mujeres, y las condiciones laborales y salariales deben mejorarse también para generar incentivos y reconocer la tarea esencial de la reproducción de nuestras sociedades. Es importante comprender que toda la sociedad se beneficia de estas tareas y ese reconocimiento debe ser debidamente remunerado. La representación de personas trabajadoras de cuidados y apoyos, incluidas personas migrantes, en la toma de decisiones y el diseño de sistemas integrales de cuidados y apoyos es clave. Es importante involucrar a los usuarios de estos servicios, niñas y niños, personas con discapacidad y personas adultas mayores, no solo para reconocer su dignidad y derechos, sino también para lograr sistemas eficientes y deseados.
La Tarjeta Cuidadora es una iniciativa pionera en la ciudad de Barcelona, diseñada de forma conjunta y colaborativa con entidades, profesionales y familiares y pensada para acompañar a las personas que cuidan la ciudad, a través de recursos y servicios para facilitar y reconocer su labor. ¿Cómo valoras el proyecto? ¿Conoces propuestas similares en otras ciudades?
Cuidar a quienes cuidan es siempre importante. Si bien no puedo opinar sobre los resultados de la iniciativa, ya que no los he estudiado, sí puedo asegurar que los objetivos que persigue están en línea con el reconocimiento de las tareas de cuidados y de apoyos, y que contribuyen a reducir el impacto de las tareas de cuidado no remuneradas. No hemos encontrado prácticas iguales a la Tarjeta Cuidadora. Algunas prácticas con características similares existen en Bogotá, Colombia, donde el Sistema de Cuidado del Distrito brinda servicios cercanos a través de las Manzanas del Cuidado. Nicaragua y México también ofrecen programas similares para apoyar a cuidadoras.
La conmemoración del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo quiere reconocer también que el apoyo es parte esencial de la capacidad de vivir de manera independiente y quiere poner el foco en la importancia de aumentar la resiliencia de las personas de edad, personas con discapacidad y personas que viven con problemas de salud mental, reforzando la protección jurídica y social. Cuéntanos un poco más acerca de esta reivindicación.
Es fundamental reconocer que los modelos tradicionales de cuidados, surgidos en la posguerra, se impusieron a las poblaciones destinatarias, incluidas mujeres, personas con discapacidad y personas adultas mayores y niños y niñas, lo que resultó en sistemas que no atendían adecuadamente sus necesidades y, en algunos casos, condujeron a violaciones de derechos humanos, como la institucionalización. Para muchas personas con discapacidad, el término cuidado tiene una connotación negativa, ya que sugiere una relación desigual de poder. En cambio, prefieren utilizar el término apoyos, que enfatiza la autonomía, el control y la elección en la recepción de asistencia. La referencia a apoyo reconoce esta perspectiva y 40 años de activismo de las personas con discapacidad y les da voz en la discusión, evitando la sustitución de sus voces.
El 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, donde la ciudad de Barcelona se suma con el lema “Somos diversidad. Construimos Barcelona”. ¿Cuáles son los principales objetivos de la celebración de este año?
ONU Derechos Humanos está celebrando los 75 años de la Declaración universal de los derechos humanos y uno de los focos serán los sistemas de apoyos y cuidados. Este año mantendremos esta perspectiva también para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con el doble objetivo de difundir la agenda de apoyos y cuidados en la población con discapacidad y de recordar la importancia de incluir a las personas con discapacidad y sus derechos en ella.
Tal y como nos comentas, este mes de diciembre se celebra el 75 aniversario de la Declaración universal de los derechos humanos (DUDH). Como asesor en Discapacidad y Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, ¿cómo valoras la conmemoración?
La Declaración universal de derechos humanos (DUDH) sigue siendo esencial para forjar un consenso sobre los valores compartidos en las sociedades que aspiramos a construir. Debemos perseverar en ese camino, aunque no sea fácil, ya que conduce a un entorno que promueve el desarrollo tanto individual como colectivo en nuestras sociedades. La DUDH nos recuerda los consensos logrados en una época de alta polarización y nos brinda esperanza para construirlos nuevamente en la actualidad. Si lo logramos en el pasado, podemos hacerlo hoy.
Para mí, es un recordatorio de nuestra humanidad compartida y de nuestra capacidad de salir adelante como especie basada en el acompañamiento, apoyo y cuidado que nos damos las unas a las otras, como personas, comunidades y Estado.
Y, por último, ¿deseas aportar alguna otra consideración para finalizar esta entrevista?
Agradezco esta entrevista y su invitación a celebrar el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo en Barcelona. Es importante recordar la importancia de trabajar juntos para desarrollar sistemas de apoyo y cuidado que atiendan a las perspectivas de género, discapacidad, edad y migración en nuestras sociedades. ¡Sigamos trabajando en esta dirección!