La asociación és que cures es la ganadora de la última edición de Camino de la Solidez, un programa de Barcelona Activa que quiere acompañar y fortalecer organizaciones de Economía Social y Solidaria, o bien gestionadas y lideradas por mujeres, o bien que quieran apostar para formar trabajadoras en cargos de responsabilidad. Més que cures proveen un servicio de atención domiciliaria y trabajo del hogar de proximidad y calidad a las personas mayores y infancia, a través de la dignificación del sector del trabajo del cuidado y el hogar. Entrevistamos a Julie Marquiset, acompañante del proyecto.
¿En qué contexto y por qué surge el proyecto Més que cures?
Somos un proyecto que se estructura gracias al apoyo de la Asociación Cooperasec: la red Cooperasec nace en 2011 como un grupo de trabajo surgido de personas vinculadas a la asamblea de barrio de Poble Sec y con el objetivo de impulsar el cambio hacia la economía solidaria y el cooperativismo, en el terreno local y comunitario.
Més que cures respondemos a las necesidades identificadas en la ocasión de la diagnosis de barrio del año 2016, que se impulsó con la voluntad de reforzar la red de propuestas ya existentes y ayudar a impulsar acciones de emprendimiento social.
Fruto de este trabajo comunitario se ha identificado como un eje a priorizar en los próximos años la creación de instrumentos de la Economía Social y Solidaria que ponga los cuidados en el centro de la comunidad, que promocione el reconocimiento central del cuidado: crear instrumentos que favorezcan la valoración simbólica del cuidado con garantía de acceso universal a un cuidado de calidad desde la singularidad para todos y con la provisión que una cura digna no se realiza a costa de los derechos de ninguna otra persona.
Més que cures somos uno de estos instrumentos: una asociación que agrupa trabajadoras del hogar o cuidadores y personas consumidoras de servicios, que se asocian para dar y recibir un servicio de calidad mediante una contratación laboral digna.
¿Cuántas personas forman parte del proyecto en la actualidad? ¿Cuál es su perfil?
Somos actualmente 11 mujeres implicadas en el proyecto como socias trabajadoras. El perfil mayoritario son mujeres migradas que han podido dignificar su trabajo como trabajadoras del hogar y cuidadoras. Alguna también ha podido regularizar su situación administrativa gracias a una contratación de Més que cures. Un grupo de 5 de nosotros está implicado en la gestión de la actividad económica y de la vertiente comunitaria y está creciendo profesionalmente desarrollando tareas como por ejemplo la gestión laboral, administrativa y económica.
¿Qué tipo de servicios ofrecéis?
Més que cures somos una asociación homologada por la Generalitat de Catalunya. Somos mujeres expertas en el cuidado y el bienestar de las personas frágiles y dependientes. Ofrecemos servicios para facilitar la conciliación y garantizar un cuidado de calidad a las personas que lo necesiten: cuidados y acompañamiento a personas mayores y dependientes; canguraje y espacios de cuidado de niños para eventos para facilitar la participación de las familias; limpieza de casas, fincas, comercios y oficinas.
También ponemos en marcha proyectos comunitarios, como por ejemplo el Rincón de los Cuidados o el Mapeo de la red de cuidados del barrio del Poble Sec: queremos ofrecer espacios de reconocimiento, de formación y de haciendo red de las mujeres cuidadoras en el Poble Sec.
¿Cómo entiende y trabaja el cuidado desde su proyecto?
Luchamos por unos cuidados dignas, respetuosas de las personas y del medio ambiente, reconocidas y centrales. Ponemos las personas en el centro, la persona cuidada siempre con respecto a sus voluntades y capacidades, fomentando su autonomía; la familia que necesita hacerse cargo de una nueva situación de dependencia y necesita acompañamiento; la persona trabajadora, porque su bienestar también cuenta: al ser un proyecto autogestionado, las socias trabajadoras de Més que cures tienen voz en todas las decisiones estratégicas y de funcionamiento de la asociación. Nos cuidamos también las que cuidamos: garantizamos nuestros derechos sociales y laborales, nos apoderamos y nos enredarse como socias de nuestro proyecto.
Uno de sus objetivos es ofrecer unas condiciones laborales y económicas dignas a sus trabajadoras.
¿Qué diferencias de cobertura y derechos encuentran dentro de su proyecto que son imposibles en el mercado de trabajo convencional?
El sector es altamente precarizado y se da una situación de discriminación institucionalizada, a través del Real Decreto 1620/2011. Esta normativa laboral específica crea un régimen especial de la seguridad social que imposibilita la igualdad de derechos laborales y sociales y permite remuneraciones más bajas de las que marca el Convenio laboral de atención a domicilio. Las personas contratadas con este régimen especial (lo que permite realmente se abaratar los costes para las familias que necesiten servicios a domicilio, donde destacaríamos sobre todo la ausencia de recursos públicos para ayudarlas) no tienen derecho a paro, hacen frente a desventajas en el sistema de jubilación, no tienen ninguna protección contra los despidos abusivos, entre otros.
Resulta ser un trabajo con un desgaste emocional elevado, que representa un riesgo laboral y una necesidad de acompañamiento y de supervisión no cubierta, agravado por el aislamiento social.
Nuestro proyecto quiere romper esta cadena, permitiendo que el trabajo del hogar y de los cuidados sea un trabajo digno, cualificada y reconocida: realizamos contrataciones con el régimen general de la seguridad social, aseguramos el derecho al paro, a una jubilación digna, el derecho a vacaciones y sustituciones, y mejoras en las remuneraciones siguiendo el convenio laboral del sector.
¿Por qué creéis que el sector del cuidado está tan precarizado? ¿Qué factores sociales y económicos influyen?
Las personas trabajadoras del hogar y cuidadores profesionales, de personas mayores y dependientes y también de criaturas son esencialmente mujeres migradas que optan por este sector para subsistir en una sociedad racista, heteropatriarcal y capitalista, que pone en el centro la productividad e ignora su base reproductiva. La situación precaria de las mujeres migradas en su proceso migratorio facilita su explotación por parte de la sociedad dicha de acogida y está relacionada con problemáticas específicas de la condición de persona migrada y las afectaciones de la Ley de extranjería 4/2000. En este sentido, consideramos que en el ámbito del trabajo del hogar y de los cuidados, es importante contextualizar el hecho migratorio, ante la existencia del fenómeno de las cadenas globales de cuidados.
En el ámbito familiar también son mayoritariamente las mujeres las que cuidan, las que reducen sus jornadas laborales o abandonan el trabajo (y la autonomía económica) para cuidar, de sus criaturas o de sus familiares dependientes. Históricamente, son las mujeres las que han asumido estas tareas invisibles y gratuitas que son los cuidados, tareas esenciales y aún así desvalorizadas por la sociedad capitalista y heteropatriarcal.
¿Creéis que esto puede cambiar tras la crisis sociosanitaria que hemos vivido y que ha puesto de manifiesto nuestra fragilidad?
La experiencia reciente de la crisis sanitaria de la Covid19 desvela la profunda crisis que atraviesa el actual modelo de envejecimiento, residencias para la gente mayor y atención a la dependencia. Las mujeres han sufrido mucho y siguen sufriendo de esta crisis: sobrecargadas por las tareas de cuidado sin posibilidad de conciliación laboral y familiar, en primera línea frente a la pandemia al ser numerosas en el sector sociosanitario, desprotegidas por la legislación antes mencionada.
El sector de los cuidados dignos ofrecemos unos servicios de calidad humana y profesional, y contribuimos cotidianamente a mitigar la soledad, el aislamiento, la angustia y el estrés de cuidadores y cuidadas. La razón de ser de nuestro proyecto es precisamente crear un modelo alternativo que proporcione bienestar y calidad de vida a las usuarias, las trabajadoras y las familias.