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Barcelona cultura

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Radiografía de la creación teatral contemporánea en Barcelona (I): Atresbandes, Colectivo Que no Salga de Aquí y Glòria Balañà

Mié 09/03/2022 | 09:45 H

Por Andreu Gomila

En el 2020, el Ayuntamiento de Barcelona decidió transformar los Premios Ciudad de Barcelona en una serie de becas para la creación artística. En la categoría de artes escénicas, cuarenta compañías o artistas fueron seleccionados con proyectos, algunos de los cuales han crecido hasta convertirse en espectáculos que, o bien ya se han estrenado, o bien llegarán a los teatros en los próximos meses. Hemos seleccionado algunos de estos proyectos y les hemos preguntado a sus creadores y creadoras sobre ellos y sobre cómo ven la creación artística en Barcelona en estos tiempos pandémicos.

ATRESBANDES: Aspecte global d’una qüestió
(Responden Albert Pérez, miembro de la compañía, con Mònica Almirall y Miquel Segovia)

1. ¿La beca Ciudad de Barcelona os ha permitido arriesgar más?
La beca nos ha permitido dedicar más tiempo a nuestro nuevo proyecto, y el tiempo es un factor muy valioso en nuestro trabajo. Un día más de ensayo puede cambiar un proyecto entero. Con respecto al riesgo, no es una palabra que utilicemos mucho dentro de la compañía. Si la consideramos sinónimo de experimentación, pues sí, nos ha permitido experimentar más. Para nosotros, experimentar quiere decir probar maneras de hacer que no controlamos tanto o que desconocemos y que a base de ensayo y error las vamos aprendiendo para ponerlas al servicio de nuestras piezas escénicas.

2. ¿Por qué habéis cogido el 24 de marzo de 2015 para explicar el mundo?
Lo que nos interesa es entender las relaciones que se establecen en este mundo. Las relaciones humanas, quiero decir; entendidas en todos los sentidos (afectivas, laborales, religiosas, artísticas...). El 24 de marzo de 2015 es el día del accidente de la aerolínea Germanwings, en el que 150 personas perdieron la vida. El origen de nuestro nuevo proyecto, 'Aspecte global d’una qüestió', es la relación que se establece entre un hecho extraordinario, como puede ser este accidente, y otro ordinario o cotidiano, como puede ser despertarse por la mañana, mear o regar una planta. Lo que a nosotros nos interesa es que esta relación se establezca dentro de la cabeza del espectador, es decir, la crea el público. Es una relación o un diálogo que siempre nos ha interesado como compañía. En nuestro trabajo 'Locus Amoenus' (2014) se planteaba una situación en la que tres desconocidos cogían un tren a punto de descarrilar. El espectador sabía que eso pasaría, y eso lo cambiaba todo en su cabeza, todas las acciones que hacían estos tres desconocidos cogían otros significados en la cabeza del espectador. Es parecido al macguffin del que habla Hitchcock. Lo que nosotros queremos hacer en este nuevo proyecto es que este acontecimiento extraordinario no tenga absolutamente ninguna relación evidente con los protagonistas de la obra, de modo que las relaciones que establezca el espectador sean aún más complejas que las que se establecían en 'Locus Amoenus'.
    El hecho de escoger este accidente de avión tiene un punto de azaroso, pero las circunstancias del accidente tienen muchos componentes que nos parecían interesantes desde el punto de vista dramatúrgico.

"Intento no olvidar jamás que estoy haciendo artes en vivo. Creo que, hoy en día, es el último elemento que le queda al teatro para sobrevivir, y es, también, su conexión con el mundo"

3. ¿Qué puede hacer el teatro para retratar el mundo?
Cuando hago teatro intento no olvidar jamás que estoy haciendo artes en vivo. Creo que, hoy en día, es el último elemento que le queda al teatro para sobrevivir, y es, también, su conexión con el mundo, un mundo lleno de errores, de accidentes, y de relaciones que evolucionan de maneras inesperadas. La fragilidad del directo se convierte, en el teatro, en una herramienta muy valiosa para retratar el mundo, porque es característica de esta disciplina.

4. ¿Cómo veis la creación teatral en Barcelona?
El otro día, después de un estreno teatral en el que estaba implicado (fuera de Atresbandes), me presentaron a Carme Portaceli. Era un montaje de teatro de texto, en el sentido clásico de la expresión (se escoge un texto teatral y se lleva a escena). Carme me preguntó: “¿Y qué tal la experiencia?”. Y yo le contesté, medio en broma, medio en serio: “Pues muy fácil, solo tienes que ir siguiendo el texto y ya lo tienes”. Y Carme, completamente seria, me dijo: “Eso no es así”. Y después me explicó que ella cuando hace un montaje de texto hace una creación completamente nueva donde tiene que tomar muchas decisiones basadas en su interpretación de aquel texto, qué debe de querer decir el autor o autora y cuál es su visión sobre el tema que se presenta en la obra. Estuve muy de acuerdo con ella, pero me sorprendió la defensa que hizo de la palabra creación. Y entendí que, al fin y al cabo, todos los que hacemos teatro en esta ciudad defendemos que hacemos “creación”. ¿Qué debe pensar Semolina del Antic Teatre de eso? ¿O el grupo comisarial del Festival Sâlmon? ¿O Llàtzer Garcia, que, normalmente, escribe y dirige sus propios textos? ¿Y lo que ha hecho Roger Bernat en 'Terra baixa'? ¿Es creación? A mí me lo parece, pero he leído y escuchado muchas voces que no piensan lo mismo. Me parece un debate interesante.
    También porque con Atresbandes teníamos la costumbre de definirnos como “compañía de teatro contemporáneo de nueva creación”. Después ya no decíamos contemporáneo porque nos parecía una obviedad, ¡todos somos contemporáneos! Y eso de nueva creación es un concepto un poco ambiguo que parece que diga mucho, pero en realidad no dice nada. Por lo tanto, nos quedamos con compañía de teatro y punto, y dejar un poco de espacio mental al lector para que lo entienda como quiera.
    Por descontado, paralelamente a este debate artístico hay un debate político: Carme Portaceli, cuando dirige un montaje suyo en el TNC, no dispone de los mismos recursos económicos que, por ejemplo, Andrea Pellejero, que acaba de estrenar un trabajo suyo en el Antic Teatre. Las dos reciben apoyo de las administraciones públicas, pero la diferencia que hay en este apoyo creo que es completamente desproporcionada, y las dos hacen creación teatral... en teoría. La manera en que se reparten estos recursos creo que debe revisarse constantemente, sin dar nada por hecho.

COLECTIVO QUE NO SALGA DE AQUÍ: Hermafrodites a cavall o la rebel·lió del desig
(Responden Laura Vila Kremer, Raquel Loscos y Víctor Ramírez Tur)

1. ¿La beca Ciudad de Barcelona os ha permitido arriesgar más?
No solo eso. Para un proyecto como 'Hermafrodites a cavall', la beca Ciudad de Barcelona, unida a los otros apoyos y ayudas que hemos recibido por parte de Fira Tàrrega, Teatre Tantarantana, Associació ATIC, Nau Ivanow, El Graner, Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison, La Escocesa y Àtrium Viladecans no ha sido solo un incentivo para una creación más libre, sino, directamente, el motor que nos ha permitido arrancar y llevar a cabo un proyecto que era imposible sin apoyo económico.

2. ¿Por qué habéis cogido el mito del hermafrodita?
'Hermafrodites a cavall o la rebel·lió del desig' es un espectáculo que habla de la vivencia de las intersexualidades en primera persona. Es curioso que el término intersexual es desconocido para muchísimas personas, mientras que el término hermafrodita es bastante conocido, aunque está rodeado de una especie de nebulosa mítica. Por eso, a la hora de construir nuestro relato sobre las vivencias de intersexualidad, hemos decidido coger esta figura de la mitología como punto de partida para rastrear la evolución del mito del hermafrodita desde la leyenda arcaica hasta las personas que lo encarnan en la actualidad. Ha sido una elección controvertida porque es una palabra que se ha utilizado históricamente de manera peyorativa. En nuestro espectáculo la resignificamos como apuesta escénica y también política: nos identificamos con la palabra (como lo hicieron los primeros activistas intersexo de los noventa), la celebramos y queremos llenarla de belleza.

"Es importante para la salud creativa de la ciudad que toda esta efervescencia artística no acabe cuando, en cierto momento de sus carreras, las creadoras dejan de poder permitirse trabajar de manera no remunerada"

3. ¿Qué puede hacer el teatro para retratar el mundo?
El filtro de la escena nos permite abordar la realidad desde una dimensión simbólica y poética, de modo que podemos hablarle no solo a tu cerebro, sino también a tu corazón y a tus vísceras. Y eso resulta muy eficaz cuando tienes ciertas cosas que decir.
    De todos modos, con 'Hermafrodites a cavall' no queremos solo retratar la realidad, sino que nos servimos de la escena para soñar mundos mejores, porque pensamos que soñarlos es la única manera de hacerlos posibles.   

4. ¿Cómo veis la creación teatral en Barcelona?
Activa, emprendedora y precaria. Las salas de ensayo de todos los espacios de residencia, centros cívicos, fábricas de creación y escuelas de teatro de la ciudad están llenas de compañías que mantienen un pulso creativo interesantísimo y casi frenético. Contamos con numerosísimas profesionales de todos los ámbitos de las artes escénicas que trabajan con un talento y una solvencia sorprendentes... en unas condiciones de precariedad igual de sorprendentes. Es importante para la salud creativa de la ciudad que toda esta efervescencia artística no acabe cuando, en cierto momento de sus carreras, las creadoras dejan de poder permitirse trabajar de manera no remunerada. Es por eso por lo que iniciativas como la beca Ciudad de Barcelona son determinantes, y no como excepción surgida de una situación de pandemia, sino como apuesta institucional.

GLÒRIA BALAÑÀ: Els ossos de Montaigne

1. ¿La beca Ciudad de Barcelona te ha permitido arriesgarte más?
Sí, es un hecho. De entrada, lo que me ha permitido es disponer de un tiempo de investigación y pensamiento, enfocados en la creación. Poder tener unos recursos destinados a una parte muy importante de un proceso de creación como es la investigación y la reflexión es como un privilegio que no debería serlo. Es un tiempo muy valioso que debería tenerse en cuenta, en cualquier proceso creativo, pero, sobre todo, cuando hablamos de nueva creación. Ayudas como estas permiten, también, salir de la lógica del mercado y poder trabajar sin presión, con la profundidad y el recogimiento necesarios para explorar otros lugares.

2. ¿Por qué has cogido la figura de Montaigne?
En el corazón del proyecto late la idea de la pausa, de la detención del tiempo, y de la filosofía. Queríamos relacionar estos conceptos, investigar sobre textos filosóficos que reflexionan sobre el tiempo y ver cómo podíamos llevarlos a escena. Evidentemente, detrás resuena la situación que vivíamos —o vivimos y viviremos— de confinamiento. Entonces apareció una noticia sobre los restos de Montaigne, que se encontraron hace poco en el Museo de Aquitania, y nos dimos cuenta de que la figura de Montaigne reunía las dos semillas principales del proyecto, ya que fue un pensador que se retiró de la vida durante diez años para escribir sus reconocidos Ensayos. Se detuvo a pensar y escribir y, para ello, se aisló en una de las torres de su castillo. En su figura teníamos, pues, tanto al filósofo como la propia idea de pausa.

"Quizás el teatro tiene que ponerse unas lentes más brechtianas y tratar de hacer extraña la realidad para poder captarla mejor"

3. ¿Qué puede hacer el teatro para retratar el mundo?
No sé si el teatro tiene que retratar el mundo o si lo que tiene que hacer es permitir vislumbrar otros mundos posibles. O, en todo caso, poder hacer retratos bien diversos. La fuerza del teatro es la emoción que puede transmitir en el aquí y el ahora, en la vivencia directa que se produce y que tiene un efecto transformador, por pequeño que sea, allí mismo. Salimos del teatro y ya somos otros. Peter Sellars decía que la historia es hablar de las cosas que han sido y la poesía es hablar de las cosas que podrían ser. Es decir, que el teatro tiene que servir para encontrar las cosas que no sabemos, las que no se ven de entrada, aquellas que tienen que ver con el misterio de la vida. Por eso, quizás el teatro tiene que ponerse unas lentes más brechtianas y tratar de hacer extraña la realidad para poder captarla mejor.

4. ¿Cómo ves la creación teatral en Barcelona?
Tengo la impresión de que, desde hace poco, se está tratando de abrir los espacios a espectáculos de creación, que seguramente necesitan más tiempo de preparación que si trabajas con textos ya escritos. Como decía antes, el tiempo de investigación en todo proceso es muy valioso, sea cual sea la creación que haces. Pero cuando no tienes un texto dramático y partes de unas ideas, todavía necesitas más tiempo porque no tienes una estructura de partida. Y se necesita buscar, y perderse, para poder encontrar e ir definiendo aquello que quiere ser explicado. Y quizás también, o al menos en mi caso, tienen que ver a menudo con procesos de búsqueda personal. Eso no quiere decir que no haya una búsqueda o conexión personal fuerte cuando trabajas con un texto preestablecido. Siempre hay una escucha muy fuerte al inicio, una escucha a los impulsos, a las pulsiones internas. O sea que, en estos momentos, tengo la sensación de que hay una apertura hacia la creación, como una oxigenación, como ganas de renovar el aire. Pero se necesitan más infraestructuras y recursos para poder hacer creación, y que no estén necesariamente ligados a la producción. Y, en este sentido, las becas en general son necesarias y, en concreto, la beca Ciudad de Barcelona, un gran acierto.

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