Por Andreu Gomila

Es la autora del cartel del Grec 2024, pero es muchísimas cosas más. Sin duda, Sílvia Delagneau es la diseñadora de vestuario que más trabaja, la más solicitada. Pero también es escenógrafa y ha dado el salto como directora y creadora, como con el espectáculo familiar 'RAVE' (Teatre Lliure, 2023), con 'El sexe dels fongs' (TNC - Grec 2020) o con 'Només ens vol protegir del cel' (Grec 2015), entre otros. También ha dirigido la ópera 'The Fox Sisters', de Marc Migó (Gran Teatre del Liceu, 2022).

¿Te sorprendió que te propusieran la imagen gráfica del Grec?
Un día recibo una llamada de Cesc Casadesús para proponerme pensar una instalación con la finalidad de fotografiarla y que terminara convirtiéndose en el cartel del Grec. La premisa era una instalación en un teatro emblemático de la ciudad. Cuando te encargan una cosa así, te sientes muy afortunada y, al mismo tiempo, sientes la responsabilidad de hacer una propuesta que represente al festival sin dejar de ser personal. Ha sido un proceso muy interesante, he tenido total libertad y, a la vez, la idea se ha enriquecido de todo el equipo que ha participado en ella y que ha creado todo lo que rodea a la idea original.

¿Es lo que te faltaba por hacer?
¿Sorprender? Sí. En cualquier caso, nunca se me había pasado por la cabeza. Y ha sido arriesgado también por parte de Cesc. Volver a la fotografía después de que las dos últimas ediciones fueran carteles gráficos y muy potentes para mí dice mucho del valor especial que tiene esta edición para Cesc. La fotografía que ha acabado siendo el cartel intenta plasmar ese momento, además del momento presente en relación con el mundo que nos rodea. Invoca, con el fuego, el pasado y el futuro.

"El Grec son los fuegos artificiales para terminar la temporada de teatro en Barcelona; es una celebración de la cultura y del descubrimiento de nuevos proyectos y rincones de la ciudad"

¿Por qué un fuego? ¿Es comunidad, peligro, riesgo...?
El fuego nos convoca y nos calienta, y con el fuego crecieron nuestras antepasadas. El fuego es luz, nos permitió comunicarnos en la distancia, así como iluminar las salas oscuras de los teatros. El fuego nos fascina y nos da miedo. Marca un ciclo y, descontrolado, destruye todo lo que encuentra y solo deja cenizas.

¿Qué es para ti el Grec?
El Grec son los fuegos artificiales para terminar la temporada de teatro en Barcelona; es una celebración de la cultura y del descubrimiento de nuevos proyectos y rincones de la ciudad. Y larguísimas conversaciones después de la función, noche tras noche.

Trabajas como figurinista con lo mejorcito de la profesión, desde Marcos Morau hasta Pau Carrió. ¿Qué relación tienes con el tejido creativo de Barcelona?
Con Marcos Morau nos pasamos una parte importante del tiempo trabajando fuera de Barcelona: conocer otras formas de enfocar los proyectos y con presupuestos destinados a la danza que aquí serían impensables es un gran aprendizaje para mí, pero hago lo imposible por seguir haciendo teatro y colaborando con las creadoras y los creadores de la ciudad con los que he crecido, creativamente hablando, y que, además, son mi familia.

"Trabajar con el universo de Marcos Morau y con la libertad que te permite la danza me ha llevado a otro lugar como diseñadora"

¿Por qué te inclinaste por el diseño de vestuario?
No me incliné. Yo me considero escenógrafa y eso engloba ambas cosas. Las y los creadores con quienes colaboro me llaman según el proyecto, las necesidades y el resto del equipo artístico. Pero sí que es cierto que mi trabajo más internacional es el de diseñadora de vestuario para Marcos Morau. Trabajar con su universo y con la libertad que te permite la danza me ha llevado a otro lugar como diseñadora. Marcos me ha permitido hacer realidad el sueño que tenía cuando salí del Instituto del Teatro. Aunque, ahora que lo pienso, creo que la culpa la tiene Àlex Rigola. Él fue el primero que me contrató exclusivamente como diseñadora de vestuario; fue en la temporada 2015, con 'Incerta glòria'. Àlex trabajaba con Max Glaenzel como escenógrafo, por lo que ese puesto ya estaba cogido... Nos convertimos en un equipo y hemos seguido trabajando de esta forma hasta el día de hoy, en que otras creadoras nos siguen contratando como pareja artística.

¿Cuáles son tus influencias estéticas?
Es la gente que me inspira a hacer cosas, y tengo la suerte de que muchas veces es la gente con la que trabajo. Ver crear a Marcos Morau y a su compañía me da ganas de hacer, de compartir, de dejarme emocionar. Es magia lo que provocan en mí él y las bailarinas con las que colabora. O Clara Aguilar y su música, Max Glaenzel y sus escenografías, Marc Salicrú y sus dibujos, los textos de Jordi Oriol, la pasión por hilar material de Albert Arribas y una larga lista.

Ya has dado el paso como directora, con varias producciones de pequeño formato. ¿No se te pasa por la cabeza volver a intentarlo?
De momento, mi trabajo como diseñadora no me lo permite, pero espero poder compartir alguna cosa pronto. Y, volviendo al cartel, eso es justamente lo que quiere transmitir: la llama como espacio común donde compartimos la experiencia teatral.

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