Esta acción se enmarca dentro del hackatón más grande del mundo, organizado por Nasa Space Apps, un acontecimiento que reúne a más de 31.000 personas.
El Ayuntamiento de Barcelona se ha unido con NASA Space Apps, junto con Ecovidrio, para concienciar sobre la importancia del reciclaje de envases de vidrio en la lucha contra el cambio climático. Por este motivo, se han instalado en la ciudad contenedores de reciclaje de vidrio con un código QR que invita a los ciudadanos a conocer cuestiones sobre cómo trabaja la NASA para monitorizar los cambios en nuestro planeta y recopilar datos que ayuden en la toma de decisiones.
Ecovidrio ha vinilado los contenedores con el lema de la campaña, “Cada vez que reciclas vidrio, miras por nuestro planeta”, que refleja el compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Gracias al reciclaje de envases de vidrio, en el 2022 en nuestro país se consiguió evitar la emisión de 587.432 toneladas de CO₂. Además, la fabricación de nuevos envases de vidrio a partir de vidrio reciclado (o calcín) permite ahorrar energía y evitar la extracción de materias primas. Así, durante el 2022, gracias al reciclaje de vidrio, en España se ha conseguido ahorrar 723.351 MWh de energía, una cantidad equivalente a dos meses de consumo energético en todos los hospitales del país.
Los contenedores se han instalado también en León y Bilbao, ciudades que acogen el 7 y 8 de octubre, junto con Madrid, Málaga, Sevilla y Barcelona, el hackatón más grande del mundo, organizado por NASA Space Apps. Se espera que este acontecimiento reúna a más de trescientas personas de diferentes perfiles: programadores, científicos, diseñadores, narradores, creadores, constructores o tecnólogos, entre otros. Los participantes trabajarán en equipo para resolver los retos planteados por el equipo de la NASA.
La NASA es uno de los principales observadores del cambio climático en nuestro planeta desde el espacio, y reconoce la urgente necesidad de abordar esta crisis. La institución invierte más de 1.000 millones de dólares al año en la monitorización de aspectos vitales de nuestro planeta, desde los océanos y la tierra hasta la atmósfera y la biosfera.