Ya se ha hecho público el informe anual de seguimiento y evaluación de los objetivos marcados por la Agenda 2030 en la capital catalana, del que se desprende que la ciudad avanza a pesar del panorama de crisis
El 2022 es un año que pasará a la historia por un hecho que ha marcado a Europa: el estallido de la guerra en Ucrania. La invasión rusa no solo ha destrozado Ucrania, si no que ha derivado en muchos otros factores como el aumento del precio de muchas materias primas en todo el continente. A pesar de este ambiente de crisis, Barcelona avanza en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible que marca la Agenda 2030, tal como se desprende del informe anual de seguimiento y evaluación de los objetivos marcados por la Agenda 2030.
Barcelona, más fuerte ante el contexto de crisis
Tal como indican la tercera teniente de alcaldía de Barcelona, Laia Bonet, y la comisionada de la Agenda 2030 de Barcelona, Bárbara Pons, “en un contexto de cambios y shocks”, Barcelona ha sido capaz de encontrar el camino para no desfallecer en el compromiso del cumplimiento de los objetivos marcados por la Agenda. A pesar de los resultados esperanzadores del informe, ambas se emplazan a acelerar para hacer realidad los ODS cuando solo quedan siete años para la fecha marcada, el 2030.
El informe, que también se puede consultar en inglés, destaca, entre muchos otros aspectos, los resultados positivos que hacen referencia al ODS número 13: Acción por el clima. Los resultados del informe ponen de relieve que, a pesar de que se prevé que las olas de calor excesivo y sostenido se darán cada vez con más frecuencia, el Ayuntamiento está preparado para que, en el 2030, el 100 % de la población tenga a menos de 300 metros un espacio de refugio climático y un jardín de agua por distrito. Eso se podrá conseguir porque este 2022 ya había un 95 % de ciudadanos y ciudadanas que tenía instalaciones de este estilo a menos de diez minutos a pie de su domicilio.
Otro dato de éxito se puede encontrar en el ODS número 4: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades. Cogemos como ejemplo la tasa de mortalidad prematura en menores de cinco años, que presenta pocos cambios en los últimos cinco años y se sitúa en 43,4 defunciones por cada 100.000 habitantes. En relación con la mortalidad neonatal, a pesar del repunte del último dato disponible (del año 2019) hasta las 2,5 defunciones por 1.000 bebés nacidos vivos, si contemplamos toda la serie estadística se mantiene en niveles muy bajos y próximos a la meta 2030.
El ecuador de los ODS
El panorama de crisis actual no detiene la lucha por la consecución de los ODS en el momento en que se encuentran en el ecuador de su vigencia (2016-2030). Por este motivo, este 2023 será un año clave para determinar la capacidad de incidencia de la Agenda 2030 en la esfera local. También este año, Naciones Unidas organizará una cumbre extraordinaria en el mes de setiembre para hacer balance de la situación y relanzar la acción a escala global. Barcelona podrá presentarse con la cabeza alta y orgullosa de trabajar con constancia por el cumplimiento de los ODS.