El objetivo es estudiar el comportamiento de este material para evaluar si puede contribuir a reducir el riesgo de inundaciones y evitar que se formen charcos. De esta manera también se sabrá si mejora la seguridad vial de los ciclistas en episodios de lluvia.
El último trimestre del año empieza una prueba piloto para implantar un nuevo pavimento drenante en la ciudad. Se instalará en el carril bici del lado de mar de la calle de Jordi Girona, entre la calle de John M. Keynes y el paseo de los Til·lers, y tendrá una longitud de 100 metros de largo y 2 metros de ancho.
El objetivo de esta iniciativa es estudiar el comportamiento de los pavimentos permeables o sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) lineales y evaluar el potencial que tienen para contribuir a dar respuesta a los problemas de drenaje urbano. Además, el aglomerado drenante puede constituir un elemento más para ayudar a construir una ciudad resiliente ante los retos que plantea el cambio climático.
Esta prueba, que se analizará durante cuatro años, servirá para evaluar la capacidad drenante del pavimento, así como la calidad de las aguas de filtración obtenidas, aparte de estudiar el comportamiento del pavimento con el paso de vehículos y la temperatura en relación con el pavimento tradicional, para reducir el efecto de isla de calor.
Según los diferentes estudios previos, este tipo de pavimento puede llegar a conseguir una reducción potencial de escorrentía superficial de entre el 44 y el 92 %. Sus propiedades drenantes pueden contribuir a reducir el riesgo de inundación en los episodios de grandes lluvias, y son una buena opción complementaria a las grandes actuaciones en colectores y depósitos de la ciudad. Al mismo tiempo, sus características también suponen una ganancia en seguridad vial, dado que mejoran la circulación de los ciclistas al mantener seca la superficie del firme.
Proyecto Horizon MULTICLIMACT
La iniciativa se enmarca en el proyecto europeo MULTICLIMACT (MULTI-faceted CLIMate adaptation ACTions), que tiene el objetivo de mejorar la resiliencia, la preparación y la capacidad de respuesta del entorno construido contra múltiples peligros a distintas escalas. La actuación la impulsa la Agencia Ejecutiva Europea por el Clima, Infraestructura y Medio Ambiente (CINEA). El Ayuntamiento de Barcelona es uno de los 23 socios de proyecto, que engloba diferentes organizaciones, entidades y empresas privadas de Europa.